"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

jueves, 24 de julio de 2014

Ciclo Lo esencial de Hitchcock

Uno de los grandes recuerdos que tengo de cuando iba al cine en los primeros 80 es el tremendo lujazo de ver películas que ya entonces eran “antiguas” en pantalla grande. En aquella época en la que el vídeo doméstico no estaba aún demasiado extendido (¡mucho menos internet!) era totalmente normal que se reestrenaran y proyectaran en cine largometrajes clásicos con todos los honores, muchas veces como segunda y principal parte de programas dobles, y la gente no les hacía en absoluto asco, muy al contrario de hoy en día cuando cuesta ver estos films incluso en televisión. Puede que muchas veces los que éramos muy jovencitos en aquella época probablemente no distinguiéramos con claridad lo que era una película reciente de otra más añeja; simplemente, entrábamos a la sala ávidos por devorar fotogramas y ver y vivir una historia emocionante. En otros casos, uno sí era más consciente de estar revisitando un clásico y era, como ya he dicho, un privilegio el hacerlo. Hoy en día poder ver películas de este tipo en pantalla grande está relegado prácticamente a filmotecas y a ciclos esporádicos, normalmente sólo proyectados en las capitales.

Entre las películas clásicas que recuerdo haber visto en cine en aquella época ya lejana, alrededor de tres décadas atrás, están Lo que el viento se llevó, Ben-Hur, Cowboy de medianoche, Senderos de gloria y, cómo no, parte del ciclo conocido como Lo esencial de Hitchcock. Esta retrospectiva, estrenada –o reestrenada– en España por Cinema International Corporation en 1984 consistía en cinco películas rodadas por el mago del suspense entre los años 40 y 50: La soga, La ventana indiscreta, Vértigo, Pero… ¿quién mató a Harry? y El hombre que sabía demasiado, aunque yo sólo conseguí ver las tres primeras, que fueron proyectadas en el añorado Cine Oma de mi ciudad (hasta donde yo recuerdo, las otras dos nunca llegaron a las salas locales, a no ser que lo hicieran en verano, cuando yo estaba de vacaciones).

Hay una historia muy curiosa con respecto a cómo estos largometrajes volvieron a las pantallas españolas tras varias décadas, que podéis leer con más detalle en este enlace: http://www.eldoblaje.com/datos/FichaPelicula.asp?id=1441. Básicamente, Hitchcock las había retirado de circulación y había pedido que las copias internacionales fueran destruidas, aunque finalmente accedió a que volvieran a los cines, cosa que ocurrió ya tras su muerte. Todas las películas menos El hombre que sabía demasiado fueron dobladas de nuevo al castellano y además se emitieron íntegras, incluyendo las escenas que en muchos casos había eliminado la censura franquista. El quinteto que componía el ciclo compartió un diseño de póster común y muy elegante: la silueta en negro del orondo director inglés ocupaba prácticamente la mitad derecha del cartel. En la izquierda destacaba en grandes letras el título genérico de la retrospectiva, al que seguía el título del film en castellano y en inglés y el reparto artístico y técnico principales. Cada cartel se distinguía además por un color concreto: azul para La ventana indiscreta, rojo para Vértigo, amarillo para La soga, naranja para Pero… ¿quién mató a Harry? y, no lo he podido confirmar, pero creo que verde para El hombre que sabía demasiado. Una curiosidad es mencionar también el eslogan bajo cada título, que hacía gala de la socarronería y el humor negro característicos del director de las películas:
-La ventana indiscreta: Ver, no es creer siempre
-Vértigo: ¡Un pobre infeliz enredado en una tremenda historia!
 -La soga: El invitado que se murió a tiempo
-Pero… ¿quién mató a Harry?: Una comedia sobre un cadáver
-El hombre que sabía demasiado: Saber un poco es algo peligroso…

A la vez que iba descubriendo aquellas películas de Alfred Hitchcock en el cine, hacía lo propio con otras suyas que se proyectaban en televisión, como Con la muerte en los talones o Los pájaros. Hitchcock se convirtió, cómo no, en el director esencial en mi vida, y poco a pude ir conociendo la mayoría de sus trabajos para el celuloide y, por supuesto, revisitarlos una y otra vez sin cansarme nunca. Quizá porque he crecido viendo tanto cine “antiguo” como “moderno” yo no me complico en hacer demasiadas diferencias entre uno y otro, me gusta el Cine y ya está, al contrario que muchas personas que se niegan a visionar películas de unas u otras épocas y erigen férreos muros entre períodos. Es una pena que ya sea tan difícil poder ver clásicos en pantalla grande. Eché mucho de menos que se estrenara Casablanca en los cines nacionales cuando se cumplió el 70º aniversario del film el pasado 2012, pero this is Spain… ¿Qué íbamos a esperar?

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