"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

domingo, 17 de febrero de 2013

Wild Target

Siguiendo la cautivadora y azul estela de la sensual mirada de Emily Blunt llego a esta Wild Target, película dirigida por Jonathan Lynn que se estrenó en países más avanzados que el nuestro hace ya más de tres años y que, da toda la impresión, no llegará a los cines españoles. Es por ello que, con cierta reticencia, recurro a su visionado en formato en pantalla televisiva.

Se trata de una nueva versión, coproducida entre Gran Bretaña y Francia, de la película gala de 1993 Cible émouvante de Pierre Salvadori en la que a un flemático y solitario asesino a sueldo de mediana edad, Victor Maynard, se le encarga acabar con la vida de una joven ladrona y sinvergüenza (Blunt, por supuesto) que ha estafado a un mafioso. Pero el hitman terminará prendándose de la chica y las cosas, claro está, se complicarán cuando él y un muchacho que acaba relacionándose con la pareja de manera accidental tengan que huir de los secuaces del mafioso.

Aunque con elementos, pues, de thriller, estamos en realidad ante una comedia negra tan simpática como inocua y con cierto aire a cine clásico, cuya historia y factura me resultan correctas pero no especialmente destacables. Mucho más digno de mención me parece el estupendo reparto, ya que a mi nueva musa desde el año pasado se une un actor que me cae tan bien como Bill Nighy (Maynard), y al duo protagonista lo respaldan secundarios de la talla de la veterana Eileen Atkins como la madre del asesino, el siempre efectivo Rupert Everett como el mafioso estafado o el hoy muy de moda Martin “Bilbo” Freeman en el papel de un competidor de Maynard, además del joven Rupert Grint, popular por la saga de Harry Potter, de la que no soy seguidor. El carisma y la gracia de la mayoría del reparto dan color e interés a una cinta que, de otra manera, hubiese calificado como mediocre.

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