"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

viernes, 15 de febrero de 2013

Doble viaje a Italia

En estos últimos días he tenido ocasión de disfrutar de dos películas algo diferentes y cuyos estrenos originales están bastantes distanciados en el tiempo, pero que tienen en común su ambientación en suelo italiano y su registro cómico, ligero e incluso naif. Utilizo ese vínculo como excusa para rellenar al menos un par de párrafos en este mi espacio cibernético que últimamente tengo tan descuidado…

En Bajo el sol de la Toscana (Under the Tuscan Sun, 2003) me reencuentro con uno de mis grandes amores de juventud, la siempre encantadora Diane Lane, a la que he de admitir que no le sigo el rastro fielmente en los últimos años (la verdad es que mi último encuentro en cine con ella, Rastro oculto, fue toda una decepción). Interpreta a la escritora real Frances Mayes, en cuyas vivencias plasmadas en novela se basa este segundo y, de momento, último largometraje de la estadounidense Audrey Wells. Frances es una mujer recién divorciada que un buen día, a raíz de un viaje a Italia, decide quedarse a vivir en el país y comprar y restaurar un viejo caserón. En un tono idílico y  casi bucólico, con una fotografía colorista y casi de postal, la película nos cuenta los primeros meses de la protagonista en la región de la Toscana y sus relaciones con toda una serie de personajes a cada cual más simpático: los albañiles polacos que restauran su casa, una veterana actriz de cine, el abogado que gestiona los trámites de su adquisición, etc, etc. Es, como ya he adelantado antes –y no encuentro mejor definición– una comedia liviana, agradable, casi capriana, que en algún momento amenaza con volverse cursi pero que se deja ver hasta el final y en la que, por supuesto, destaca una Diane Lane maravillosa en uno de sus papeles más graciosos.

Nada menos que cincuenta y dos años retrocedemos para hablar ahora del clásico de Vittorio de Sica Milagro en Milán, estrenada, pues, en 1951. El neorrealismo italiano es una de mis muchas asignaturas cinematográficas pendientes. He visto unas cuantas películas de este período, alguna de Rossellini (Stromboli) y otras también de Sica (Ladrón de bicicletas y Umberto D.). A pesar de que es una cinematografía que me atrae, aún me quedan por ver muchos títulos esenciales de aquella corriente europea de mediados del siglo XX.

Es curioso que, pese a la etiqueta de “neorrealismo”, Miracolo a Milano sea una fábula fantástica que presenta la pobreza y la miseria de la Italia de posguerra bajo un prisma benévolo y optimista. Su protagonista es el simpático Totó (Francesco Golisano), un niño que nace en un campo de coliflores y es acogido por una anciana. Tras el fallecimiento de esta y su paso por un orfanato, Totó, ya muchacho, acaba en un campamento de chabolas repleto de pintorescos y divertidos indigentes a los que ayudará a organizar la instalación y a los que intentará hacerles la vida más alegre y llevadera. Inolvidable e impagable ese final que no revelaré para quienes deseen ver la cinta. Es una película que se puede calificar fácilmente con un adjetivo obvio y sencillo: entrañable.

2 comentarios:

  1. Hola.
    He visto más de una vez "Bajo el sol de la Toscana" porque me gusta la peli y también el lugar donde se desarrolla pero no he visto nunca "Milagro en Milán" y ahora puede ser una buena ocasión para verla.

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  2. Además, seguro que te va sonar mucho la imagen final ;)

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