"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

miércoles, 10 de enero de 2018

Despedida

Como ya anuncié en la anterior entrada, el próximo día 17 de enero cerraré el blog coincidiendo con su octavo aniversario. Son ya varios años los que lo llevo arrastrando a desgana, desmotivado por escribir en él y aún menos inspirado, y el obligarme a continuarlo como reto sólo ha dado básicamente artículos y reseñas que no me convencen ni encuentro a la altura de muchos de los textos de los primeros tiempos, mucho más cuidados, documentados y concebidos con cariño e interés. Las pocas energías que me quedan las quiero dedicar en el futuro inmediato a proyectos que yo considero más “serios”, como ha sido el caso de la pequeña edición de mi libro Cuentos sombríos, eso si hago el suficiente acopio de ánimo y esfuerzo, algo de lo que carezco últimamente. De momento, eso es todo, amigos, como dijo el cerdito. Muchas gracias a los que os habéis interesado por mis devaneos culturales e inquietudes varias. Durante esta próxima semana podéis despediros de El castillo de Lord Ruthwen revisando algunas de sus viejas entradas. Y no os digo adiós, sino hasta la próxima. ¡Siempre nos quedará París!

lunes, 1 de enero de 2018

El cine de 2017: Breve resumen

Hace ahora doce meses ya adelanté que no continuaría con los detallados informes sobre el cine que veía cada año, pero sí ofreceré un pequeño resumen que será, muy posiblemente, la última entrada de este blog, que planeo clausurar el próximo 17 de enero con ocasión de su octavo aniversario.

2017 concluye con un número algo menor de largometrajes vistos en total que el pasado año (dediqué algún tiempo más a series), aunque con más vistos en pantalla grande. Además ha sido un año muy especial, porque ha traído algunas películas que me han entusiasmado de manera excepcional, títulos que posiblemente atesore durante el resto de mi vida, y que han sido, en este orden, Blade Runner 2049, película con la que su director Denis Villeneuve se consagra definitivamente en mi panteón cinematográfico y que ha dignificado ese género tan necesitado de calidad hoy en día como es el fantástico, y La ciudad de las estrellas, una cinta que me dejó buen sabor de boca desde el primer visionado y que, tras dos más, puedo decir que me ha conquistado por su innegable regusto clásico y por parte (que no toda) de su banda sonora. Insisto en que no soy especialmente fan de Ryan Gosling, a pesar de la curiosa coincidencia de que es el actor principal de ambos títulos. No quiero dejar de mencionar otras películas que también me parecieron muy destacables como fueron Dunkerque o ese digno final de la trilogía simiesca con La guerra del planeta de los simios.

El año ha traído también fracasos y decepciones, más grandes o más pequeñas. Disney (por medio de Marvel y Lucasfilm) parece cada vez más empeñada en invadir las pantallas con obras insípidas, repetitivas, destinadas a un público infantil/juvenil/familiar con pocas exigencias, y esto se está reflejando cada vez más en un género que hasta hace poco seguía con cierto interés que es el de superhéroes, pero también hasta en la franquicia de Star Wars, en la que este año, la compañía del ratón y el director Rian Johnson se han empeñado en desbordarnos con escenas cómicas y en aligerar y trivializar una saga que nunca antes había tenido ese tono (quizá con la excepción del infame Episodio I), y por la que empiezo a temer sabiendo en manos de quién está. En cualquier caso, lo peor para mí visto en pantalla grande este año es claramente Rey Arturo: La leyenda de Excalibur, una auténtica patraña cinematográfica que deambula entre el vídeo-clip, el videojuego y la publicidad televisiva que invita a huir de los siguientes trabajos que pueda ofrecernos su director, Guy Ritchie. Sin llegar a tal nivel, Kong, la Isla de la Calavera también me parece una de las mayores decepciones del género fantástico de 2017.

En el cine que he tenido que rescatar en formato doméstico destaco este año dos cintas que me han calado bastante, el western Brimstone y el melodrama La luz entre los océanos, y también algunos clásicos como Entre dos mundos, El carnaval de las almas, así como la oportunidad de poder ver por fin varias de las primeras películas suecas y alemanas de mi adorada Ingrid Bergman (El pacto de las cuatro, Un rostro de mujer y Noche de junio).

Algunas de mis favoritas del año...

Comienzo el 2018 con cierto desánimo, pues muchas de las películas que normalmente espero con interés –principalmente, por supuesto, las relacionadas con mi género favorito, el fantástico– no prometen demasiado visto lo que he expuesto anteriormente: los lamentables derroteros de la megaempresa artífice de todas ellas –la Disney–. Aún con todo, estaré atento a los estrenos de Solo: Una historia de Star Wars, Los Vengadores: La guerra del infinito e incluso la segunda parte de Ant-Man, aunque sólo sea por la presencia de Michelle Pfeiffer y de Evangeline Lilly. Un año más termino lamentándome de la ausencia en las pantallas españolas de casi todos los últimos trabajos de mi actriz favorita del cine actual, Natalie Portman, cuyas películas parecen acarrear ya una maldición en este país: recientemente se nos informaba de que Aniquilación –en un principio prevista para febrero– no se estrenará finalmente en las salas de fuera de EE.UU. porque, para disgusto de su director y de los que la esperábamos en cine, su productora la considera “demasiado intelectual”. Así están las cosas ahora mismo: parece que todos estos señores que toman las decisiones sobre qué se debe o no rodar y estrenar han decidido que somos demasiado tontos para entender ciertas películas, y por ello prefieren obsequiarnos con bobadas infantilizadas llenas de luces y colorines. Lo que más miedo me da es que puedan tener razón.

Películas vistas en 2017
-En pantalla grande: 54
-En televisión: 151
-TOTAL: 205

Salas y terrazas visitadas
Alucine Sagunto: 43
Aragó Cinema: 1
Casal Jove: 1
Jardines del Casino: 2
Kinépolis: 5
Lys: 1
Terraza Serra: 1

Entradas gratuitas: 7

Películas en las que he sido el único espectador: 2 (Churchill en Kinépolis y Musa en Alucine)

viernes, 29 de diciembre de 2017

El cine de diciembre

Con diciembre llega una vez más, y como ya viene siendo tradicional desde hace tres años, un nuevo estreno de la franquicia Star Wars, Los últimos jedi, dirigida en esta ocasión por Rian Johnson. Había comenzado a redactar una larga reseña de la película, como hago siempre con las entregas de la saga galáctica, pero finalmente he desistido. La resumiré diciendo que ha sido una decepción parcial por el tono marcadamente humorístico que ha decidido meter su director, que me parece inapropiado y atípico en esta serie cinematográfica. El primer tercio de la película, con su exceso de comic reliefs, es un continuo desaliento al espectador que ingenuamente –como fue mi caso– espera mayor seriedad y dramatismo en esta secuela de El despertar de la fuerza. Claramente la Disney se ha empeñado en simplificar y aligerar cada vez más sus productos (véase el último Thor) y en conformar al espectador más común y menos exigente, que supongo que es el que, en última instancia, es el objetivo de la major cinematográfica y el que hace ricos a sus directivos. Johnson era un director al que tenía en gran aprecio por sus dos anteriores películas (Looper y Los hermanos Bloom, no he visto Brick), pero que ahora acaba de bajar un montón de puestos en mi lista personal. Miedo me da que en sus manos quede el futuro de la próxima trilogía de La guerra de las galaxias. Aún con todo, no negaré que este último Episodio VIII tiene buenos momentos, pero los desaciertos de sus artífices –siempre según mi discutible criterio– hacen que de ninguna manera logre ser una película redonda y sólida, y la sitúan por debajo de su predecesora (que tampoco me pareció una maravilla, pero sí al menos interesante; menos mal que Gareth Edwards hizo un buen trabajo con Rogue One). A ver si J.J. Abrams logra levantar la saga con el futuro episodio IX, pero vista la línea que pretende llevar la nueva Lucasfilm, ya tengo pocas esperanzas de que estos nuevos capítulos sean salvables y logren alcanzar cierto nivel de calidad (aparte de la puramente visual, en la que sobresalen indiscutiblemente).

Las otras dos películas del mes son Suburbicon de George Clooney, en donde destaca una vez más el ingenio de los hermanos Coen (guionistas de la película) para la comedia elegante, en este caso mezclada con el thriller de claras reminiscencias hitchcockianas (escúchese la banda sonora, o véase la escena entre Oscar Isaac y Julianne Moore) y el último trabajo de Woody Allen (Wonder Wheel), un director que considero vive prácticamente de su renombre y de la buena factura formal de sus trabajos desde hace años más que de la originalidad o el ingenio que, en su caso, parecen haber quedado ya caducos. A destacar en el film el trabajo de Kate Winslet y la cautivadora ambientación en los EE.UU. de los años 50, algo que comparte con el anterior largometraje.

Después de dos meses con una importante asistencia al cine, 2017 termina con un pequeño bajón en ese sentido: 4 visitas, 3 películas, 2 gratuitas (me invitaron a un segundo visionado de los jedi y entré con cupón a la de Allen). La programación excesivamente navideña/familiar/infantil de este diciembre hace que no me interese mucho por la mayoría de propuestas que me ofrece la cartelera local.

Con esta entrada cumplo mi cometido de dar fe en este blog de todas las películas vistas en pantalla grande durante 2017 (que podéis repasar aquí), un total de 54.

viernes, 8 de diciembre de 2017

El cine de noviembre

Hace ya muchos años que una parte del cine español se ha empeñado en copiar las fórmulas y formatos del cine comercial americano, reiterando en los clichés, temáticas y estructuras de éste (aunque, normalmente, con mayor gusto). Incluso muchas de estas películas “americanizadas” se valen de un reparto internacional para parecer foráneas y tener mayor proyección en el extranjero. Dos ejemplos perfectos de esto son El secreto de Marrowbone, de Sergio G. Sánchez, y la coproducción entre varios países Musa, de Jaume Balagueró, los dos primeros largometrajes que vi en cine en el pasado noviembre. Mientras la primera, siempre según mi gusto, no se sale de la mediocridad y de la reiteración de nociones y argumentos que hemos visto en otros títulos recientes del género de terror/fantasmagórico, tiene algunos momentos entretenidos e ideas interesantes, pero la segunda es totalmente predecible y aburrida, calcada de otras decenas de películas similares, bien hecha técnicamente, pero sin la menor imaginación (supongo que de eso se trata; de ir a lo seguro) y con un atractivo reparto femenino por desgracia desperdiciado en la anodina cinta.

Curiosamente –no sé si es que me gusta llevar la contraria– paso un buen rato con Liga de la Justicia, de Zack Snyder, película de la que esperaba poco ante su insulso reparto, mi escasa relación con el cómic que la origina, y todas las noticias previas sobre sus desaciertos, ante las cuales, por suerte, he permanecido más o menos al margen. El tono del film está mucho más cercano a lo que yo busco en una película de superhéroes –es decir, drama– que las comedias cada vez más insoportables con que nos viene obsequiando Marvel en los últimos tiempos, y conste que yo siempre he sido más de esta última editorial que de DC. En definitiva, encuentro esta última entrega superheroica del año bastante salvable y superior a muchas de las cintas del género que le han precedido en este 2017.

La sencilla propuesta de Oro, de Agustín Díaz Yanes –una expedición española en busca de El Dorado en el siglo XVI–, adaptada de una novela de Pérez Reverte, es la que más logra convencerme de todas las películas visas en noviembre, quizá precisamente por eso, por no ser tan pretenciosa como algunas de las anteriores, y ofrecernos una historia llena de tensiones entre una serie de personajes violentos y ambiciosos sobreviviendo en unas condiciones extremas.

A pesar de su cuidada ambientación y dirección artística, de un atractivo aunque poco aprovechado reparto, y de una meritoria labor como actor del que también es su director, Pánico en el Transiberiano, de Kenneth Branagh se me queda en un “quiero y no puedo”, y la película me resulta más bien sosa y con poca miga, quizá también por conocer bien el argumento y la resolución del misterio debido a adaptaciones previas de la famosa obra de Agatha Christie, entre las que me quedo con la versión de Sidney Lumet de 1974.

El mes termina con otra película que cuenta al menos parcialmente con producción español, La librería, de Isabel Coixet, una vez más adaptación de un original literario, en este caso de la autora Penelope Fitzgerald. A pesar de lo mucho que me atrae la ambientación en un pequeño pueblo costero inglés de los años 50 y su pareja protagonista –ya me he declarado en otras ocasiones admirador de Bill Nighy–, no puedo decir que esta última cinta vista en noviembre logre fascinarme o cautivarme de manera especial; más bien me deja con cierta indiferencia y redondea un mes relativamente mediocre en cuanto a cine visto en pantalla grande.

jueves, 30 de noviembre de 2017

(De nuevo) Adiós a los Cines Aragón

Hace dos años, los amantes del cine de Valencia capital y alrededores recibían con alegría la noticia de la reapertura de los Cines Aragón, que habían cerrado sus puertas en 2006. La cooperativa La Cinemista emprendió la aventura de gestionar de nuevo el local apostando por un cine diferente, más difícil o imposible de ver en las salas de proyección del resto de la ciudad, tanto doblado como en V.O. y a precios populares; incluso se repusieron algunas películas “antiguas” a través de la plataforma youfeelm y también se ofrecieron interesantes actividades como presentaciones especiales de largometrajes, documentales y cortos con asistencia de sus creadores y participantes o el festival de cine de terror Paura. Nada de esto ha bastado para que la valiente iniciativa cultural despegue, y hoy 30 de noviembre, por desgracia, la dirección de los Aragó Cinema dirá adiós a su aventura empresarial, y los cines volverán de nuevo a quedar a oscuras, en silencio y vacíos.

Poco se puede decir que no se haya dicho ya respecto a la penosa situación del cine y de la cultura general en este país, y realmente se pregunta uno si tiene algún sentido lamentarse más y seguir haciendo mala sangre, así que me despido de este cine que volvemos a perder con un pequeño homenaje en imágenes (fotografías propiedad de Aragó Cinema).





viernes, 24 de noviembre de 2017

Et voilà!

Un paso totalmente insignificante para la humanidad, pero muy grande para este hombre… A pesar de tratarse de un proyecto tan humilde (tan sólo 75 ejemplares), para mí significa muchísimo, así que no puedo si no dar las gracias de corazón a todos y cada uno de los que han ayudado a que se haga realidad. Cuentos sombríos llegó ayer a mi casa y ya está casi toda la tirada agotada. Ahora, ¡a esforzarse para que el segundo volumen salgo pronto!


sábado, 18 de noviembre de 2017

Reedición doméstica de "El profesional"

Reedición de Divisa
Pequeña decepción con la reedición en DVD/Blu-Ray de El profesional (Léon), de Luc Besson por parte de Divisa: al contrario de lo que habían informado erróneamente algunas webs, no se trata de la versión original para cines de 109 minutos, sino de la versión extendida comercializada posteriormente de 133 minutos. Ya había visto este montaje y creo que no añade interés a la película; muy al contrario, le quita totalmente cualquier misterio o ambigüedad que pudiera haber en la relación entre los dos personajes principales, Mathilda y Léon, con lo que para mí pierde bastante gracia. Casi siempre prefiero todo aquello que se sugiere y deja escoger al espectador antes que lo que se expone de manera claramente explícita, y no soy tampoco muy amigo de todas estas versiones extendidas y nuevos “montajes del director” que no buscan sino revender un producto limpiándole un poco la cara y actualizándolo para nuevas generaciones. Visto lo visto, y puesto que ya había encargado la película creyendo que sería la original, he preferido finalmente cambiarla por la edición de la FNAC, que por el mismo precio te da el DVD y el Blu-Ray. En realidad ya tenía la versión estrenada en cines en un DVD editado en 2003 por Buena Vista Home Entertainment que compré de segunda mano, pero me hubiera gustado tenerla también en Blu-Ray. No soy muy dado a este último formato doméstico, pero hago excepciones con algunas películas.

Las dos versiones que poseo: DVD de Buena Vista y DVD+Blu-Ray de FNAC/Divisa

El profesional se ha convertido con el tiempo en un largometraje muy especial para mí. Ya me gustó bastante cuando lo vi de estreno en 1995 en el desaparecido Cine Marvi de mi ciudad. La principal razón de verlo entonces era la presencia de un actor que me fascinaba por aquella época (y sigue haciéndolo en ocasiones): Gary Oldman. Pero la cinta de Luc Besson me reservaba una agradable sorpresa: como tantos otros, salí del cine prendado del personaje de aquella chiquilla descarada que fumaba y quería ser asesina a sueldo; Natalie Portman me había atrapado de por vida. Seguí sus trabajos –al principio pausados y discretos– año tras año, primero con simple curiosidad, después ya con creciente interés, hasta que acabé totalmente embelesado por la actriz, mi favorita en el panorama cinematográfico actual hoy en día y desde hace mucho tiempo. Por eso, volver a ver su bautismo de fuego profesional a posteriori se convierte en una experiencia todavía más entrañable.

Durante algún tiempo se especuló con una continuación de la cinta con Mathilda ya adulta; algunas fuentes confirmaban que la propia Natalie estaba interesada en interpretarla, mientras que en otras entrevistas la actriz aseguraba que le encantaría volver a trabajar con el director francés, pero que no quería protagonizar dicha secuela. En cualquier caso, el proyecto de una continuación de El profesional, parece ser que por problemas de derechos, acabó reconvertido en Colombiana (Olivier Megaton, 2011), en donde Zoe Saldana interpreta un personaje que claramente es una Mathilda poco disimulada. Lástima que no pudiera ser como Besson lo había concebido inicialmente, con la actriz del film original

La filmografía posterior de este director no ha logrado captar mi interés; muy al contrario, me parece en general bastante mediocre, pero esta obra suya de hace ya veintisiete años siempre tendrá un lugar de honor en mi filmoteca. ¿Cómo olvidar que me descubrió a un tesoro de mujer?

La reciente reedición estadounidense de la película, con extras, versiones original y extendida y libreto. ¿Por qué no nos llegan estas cosas aquí?