"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

domingo, 1 de mayo de 2016

Ladrona por amor

Hacía mucho tiempo que quería ver esta película, de la que curiosamente había visto antes su remake de 2012, Un plan perfecto, que me pareció muy divertido. Los papeles que en este último asumen Colin Firth, Cameron Diaz y Alan Rickman fueron interpretados en la original por Michael Caine, Shirley MacLaine y Herbert Lom, y la dirigió Ronald Neame en 1966. Los hermanos Coen y Michael Hoffman respetaron bastante las líneas generales del argumento del film original, aunque con los cambios oportunos en ambientación y personajes para que su revisitación de la obra de Neame no fuera un calco insulso y sin originalidad: Caine es un ladrón británico que urde un plan junto a su socio para robar a un multimillonario árabe (Lom), para lo cual contrata a una bailarina euroasiática residente en Hong-Kong (Laine) por su gran parecido con la difunta esposa de la futura víctima. El problema –y la principal diferencia con el remake– es que el rico coleccionista les cala desde un primer momento y decide seguirles el juego…

Es una comedia elegante, divertida, con unos protagonistas de lujo y a la que ese medio siglo transcurrido desde su estreno confiere el inevitable encanto de la nostalgia y el atractivo de poder revivir otra época que ya queda lejos. Me encanta esa parte inicial en la que el personaje de Caine imagina todo el plan tal y como debe de salir y en la que la chica, hierática, altiva e inmutable cual esfinge, no articula ni una sola palabra y se expresa sólo con frías miradas. Michael Hoffman retomó esa idea también para el remake.

Constatar, por último, con gran alegría, que sus dos principales protagonistas sigan con nosotros y en activo exactamente cincuenta años después del estreno del largometraje.

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