"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

sábado, 7 de mayo de 2016

La venganza de Jane

Posiblemente la película que más ganas tenía de ver en este 2016 (distinción que sólo compartiría, quizá, con Rogue One). Por fin, por fin, por fin después de dos años y medio consigo volver a ver a mi actriz favorita del cine actual en pantalla grande, pues desde Thor: El mundo oscuro en 2013, no se había estrenado nada de Natalie Portman en España (ni prácticamente en todo el mundo, puesto que Knight of Cups y A Tale of Love and Darkness tuvieron una exhibición limitada el pasado 2015).

Muchísimas han sido las vicisitudes que ha sufrido este largometraje de Gavin O´Connor desde que se rodara hace tres años (véase aquí el resumen), pero finalmente este pasado enero llegaba a los cines estadounidenses y, con ello, al resto del mundo. A nuestro país ha tardado cuatro meses más en llegar, obteniendo la película, entre tanto, una acogida más bien tibia y no demasiado interés por parte del gran público. Parece que son malos tiempos para el western, puesto que otros títulos recientes como Slow West, The Salvation, Deuda de honor o Bone Tomahawk no han alcanzado los cines o lo han hecho con mucha discreción, por lo que el estreno en bastantes salas nacionales de La venganza de Jane casi hay que considerarlo un privilegio a pesar de todos los infortunados precedentes del film.

El planteamiento de la cinta de O´Connor redunda en una situación típica y habitual del género en la que se podrían enclavar, por poner dos ejemplos, clásicos de la talla de Solo ante el peligro o Los siete magníficos: una persona o un grupo reducido de ellas que debe hacer frente a un número abrumador de enemigos; en nuestro caso, Jane, su antiguo prometido (Joel Edgerton) y su actual marido (Noah Emmerich), postrado en la cama debido a varias heridas de bala, se verán sitiados por la banda de forajidos que lidera John Bishop (Ewan McGregor). La cinta basa la mayoría de su metraje en situaciones íntimas y sencillas que sostiene sobre todo el esforzado trío protagonista, destacando especialmente la cuidadísima dirección fotográfica con la que O´Connor y la camarógrafa Mandy Walker saben sacar partido a la enorme fotogenia de Natalie Portman mostrándonosla bellísima incluso “sin” maquillaje y con un look sucio y polvoriento –a destacar toda esa escena nocturna en la que, su cara iluminada parcialmente por la luna, revela parte de su pasado al personaje de Edgerton–. Tampoco tengo que ocultar que un servidor siente una “fuerte debilidad” por la israelita, y que su presencia en la cinta ya hace que me tenga medio ganado como espectador incluso antes de verla…

Al final, La venganza de Jane –desacertado título en español de Jane Got A Gun, puesto que no estoy seguro de si se puede hablar de “venganza” en la historia que se nos cuenta– se queda en una película sencilla pero para mí bien orquestada –se podría objetar que los flashbacks llegan a entorpecer el discurso del fin en algún momento, aunque no me parece un obstáculo insalvable– que quizá no destacará entre las mejores de su actriz principal, pero ni mucho menos lo hará entre las peores, que para mí son muy pocas. Creo que este largometraje se merece sin duda mejor suerte de la que ha tenido y es bastante superior a otros estrenos de la semana del tipo Infiltrados en Miami, que seguramente obtendrán una mayor recaudación…

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