"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

viernes, 6 de marzo de 2015

Único testigo

En 1985 Harrison Ford recibe su –hasta el momento– única nominación a los Oscars por su papel de John Book en Único testigo (Witness), que dirige el australiano Peter Weir. Book es un policía de Filadelfia que se hace cargo del caso del asesinato de un compañero y debe proteger a ese “único testigo” que ha presenciado el hecho, un niño (Lukas Haas) que pertenece a la hermética secta de los amish. Cuando Book descubre que su propio jefe está implicado en el crimen, su vida correrá grave peligro y deberá esconderse en la colonia amish, lo que le servirá para conocer mejor a sus integrantes y, cómo no, enamorarse de la joven y viuda madre del muchacho (Kelly McGillis).

Hacía muchísimo tiempo que no volvía a ver esta película de la que tenía muy buenos recuerdos ya que, en la época en que se estrenó, yo era un incondicional de su actor principal. Todavía sigo sintiendo un gran cariño por Harrison Ford a pesar de que su carrera en estas tres décadas transcurridas desde el estreno del film reseñado no ha pasado de mediocre. Es imposible no admirar a este hombre siendo un fan de  Star Wars, Indiana Jones y Blade Runner, como es mi caso. Había muchas cosas que había olvidado de Único testigo, como la presencia de Danny Glover, que era un actor al que por entonces no conocía. Menos conocido aún era el mismísimo Viggo Mortensen, quien debutó en este film y cuya aparición me llamó la atención en el último visionado de la cinta al ser en la actualidad un intérprete muy popular.

La música principalmente a base de sonidos sintetizados del –por otro lado– gran Maurice Jarré ha sido una de las pocas notas negativas que le he encontrado al largometraje, ya que no soy precisamente partidario de la electrónica en las bandas sonoras. Por otro lado, decir que Único testigo me descubrió también en su momento a uno de mis cantantes favoritos, Sam Cooke, cuyo Wonderful World suena en una escena de la cinta, aunque interpretado por otro artista.

Se ha comparado la secuencia climática de Único testigo –y el argumento en general– con Solo ante el peligro, pero lo que sí que es cierto es que hay un guiño innegable al Vampyr de Dreyer en la última parte del film.

La parte que más me gusta de la película la que transcurre en la comunidad amish, en la que el personaje de Ford debe integrarse en ella y asimilar sus curiosas costumbres. Tanto él como Kelly McGillis (que está magnífica en esta cinta) tienen algunas escenas espléndidas. Con sus miradas transmiten sus sentimientos y viven su complicada relación sentimental sin la necesidad de un contacto físico que sin duda habría estropeado la bonita historia de amor de la cinta. Es una pena que se haya sabido tan poco de la actriz durante lo que va prácticamente de siglo.

Por cierto, para finalizar, decir que Único testigo sólo recibió 2 de los 10 Oscars a los que estaba nominada (guión y montaje). William Hurt le “quitó” la estatuilla a Harrison Ford y a mí –que era un crío entonces– me dio mucha rabia. Hoy día tengo que admitir que el primero es probablemente mucho mejor actor que el segundo, lo que no quiere decir que a mí me guste más.

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