"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

domingo, 31 de mayo de 2015

La saga de Mad Max

De Mad Max se podría decir que fue uno de mis “mitos secundarios” de ese cine de los 80 que tanto marcaría mi vida como espectador. Nunca lo tuve a la altura de mis héroes más legendarios –sin lugar a dudas los encarnados por Harrison Ford: Indiana Jones y Han Solo–, ni sus entregas entre mis películas indispensables, pero, hasta cierto punto, las disfruté y admiré en su momento, y tampoco lo pasé mal con todos aquellos productos hispano-italianos que surgieron tras la obra de George Miller (y que seguramente ahora me parecerían intragables). En aquellos tiempos me parecía muy atractiva aquella ambientación post-apocalíptica en la que los vehículos más estrambóticos y toda una suerte de bandas y conductores dementes combatían entre sí.

Tengo un curiosísimo recuerdo sobre una de las películas de la saga, y está relacionado nada más y nada menos que con la que llegaría a ser mi actriz favorita y uno de mis grandes fetiches del celuloide: Audrey Hepburn… Sí, ya sé que aparentemente la diva no tiene nada que ver con Mad Max, es cierto. Pero –ya lo he contado en alguna otra ocasión– en aquellos años de los que hablo, era normal que los cines de pueblo ofrecieran películas de reestreno en programa doble, y además que tampoco se complicaran mucho en emparejar dos títulos que pudieran tener alguna afinidad. Así es como me acerco un día a ver la programación de mi viejo y querido Cine Oma en el ochenta y poco y me encuentro con… Dos en la carretera y Mad Max: Salvajes de la autopista: sesión temática, ¿no? En aquellos tiempos, yo era demasiado joven para interesarme por ninguna de esas películas, así que no fui a verlas, pero sí recuerdo que di por hecho que la tal Audrey debía ser sin duda la hija de Katherine Hepburn, pues asumí que aquella película suya debía ser actual, y no que tenía ya cerca de década y media.


Con el tiempo, acabaría rescatando la primera de entrega del policía Max en VHS (y también la película de Stanley Donen). Pero sería Mad Max 2: El guerrero de la carretera mi primer encuentro con el personaje interpretado por Mel Gibson, y probablemente la película que siempre me ha gustado más de la “trilogía original”. Luego llegaría Más allá de la cúpula del trueno y, después, una creciente aversión por el mencionado actor que hizo que fuera perdiendo el interés por sus trabajos y su filmografía, aunque de vez en cuando volvía  rescatar la saga que le hizo famoso (la más reciente este mismo mes)

En la actualidad está de moda el revivir viejos mitos, héroes y sagas de hace unas décadas, y la “prodigiosa mente de George Miller” (eso reza el cartel de su nueva película, a pesar de tratarse de un director con una carrera más bien mediocre) urde el plan de rescatar a su famoso guerrero en lo que  sería, exactamente treinta años después, una secuela de la última entrega de la saga de Mad Max. En este caso, decide no contar de nuevo con el ya ajado Gibson, sino proporcionar a su héroe un nuevo rostro: el del muy de moda Tom Hardy. Así nos llega, este pasado 15 de mayo, Mad Max: Furia en la carretera, en la que volvemos a encontrarnos con este ex-policía solitario y atormentado por su pasado (esta es en realidad la primera película de la saga en la que vemos de una manera más gráfica esa “locura” que le da su apodo) y con toda una serie de variopintos clanes y ejércitos de ese futuro desértico e incivilizado en el que todo el mundo se mata por la gasolina (¿tanto les cuesta ir a pie a los sitios?).

En común con las anteriores películas de la saga, por supuesto, la carretera y los vehículos, casi los verdaderos protagonistas del film, así como un extenso viaje/persecución por las wastelands en el que destacan las excelentes coreografías de las peleas entre los personajes –ya sea en el suelo o “en marcha”, sobre los propios coches y camiones– y un gran trabajo de los especialistas por encima de una historia especialmente elaborada o una trama que dé para poco más que unas líneas para resumirse. Divertida y simpática nota también que el villano de la función sea encarnado precisamente por el actor que hizo de malo en la primera entrega de la saga en 1979, Hugh Keays-Byrne.

Novedad para la saga es sin duda –estamos en otros tiempos– la importante presencia y protagonismo de personajes femeninos fuertes y destacables (siempre se acusó a Miller y a la saga Mad Max de cierta estética gay, algo en lo que estoy bastante de acuerdo), empezando por esa Furiosa de Charlize Theron que en casi todo momento se erige como principal heroína del film por encima del inexpresivo Hardy. También, desde luego, la mayor flexibilidad que proporcionan los modernos efectos especiales, no sólo para las escenas de persecución, sino, por ejemplo, para mostrarnos manca a la mencionada actriz.

Al final, todo mezclado, dos divertidas horas de espectáculo y acción sin mayor propuesta que esa: ofrecer al espectador un buen rato sin exigencias ni pretensiones intelectuales. 

viernes, 22 de mayo de 2015

Presentación de "Atrapado en Belchite" con Sento

Hace ya dieciocho años que tuve el placer de conocer al dibujante valenciano Vicente Llobell “Sento” en un curso al que ambos asistíamos. Ya entonces me habló de las memorias del médico Pablo Uriel –su suegro– y del deseo de su familia de ver éstas publicadas. El señor Uriel dio forma escrita a sus vivencias en la Guerra Civil Española sin más intención que la de que las conocieran sus hijos y allegados más íntimos. Pero, resultó tan fascinante la lectura de aquellos escritos para todos, que juzgaron que debían ser conocidos por muchas más personas debido a la calidad humana que emanaban y al valor histórico y documental que suponían.

Pablo Uriel
Tuvieron que pasar unos cuantos años antes de que este proyecto se hiciera realidad pero, al fin, en 2005, la editorial Pre-Textos presentó el esperado libro con los recuerdos del médico soriano. Se tituló No se fusila en domingo, y tuvo una buena acogida, y hoy en día se le puede encontrar listado entre las lecturas recomendadas sobre el conflicto español acaecido hace ya ocho décadas.

Pablo Uriel se acababa de licenciar en medicina y esperaba comenzar el servicio militar cuando estalló la Guerra Civil. Al residir en Zaragoza, fue alistado por el bando nacional pero, debido a sus simpatías izquierdistas, pasó los primeros meses de la contienda en la cárcel. Posteriormente fue enviado a la zona de Belchite, viviendo en primera persona la famosa y cruenta batalla y siendo después capturado por las fuerzas de la República, quienes de nuevo lo encarcelaron y a punto estuvieron de fusilarle por haber servido en el ejército oponente. Una de las más repetidas y dramáticas ironías de aquel enfrentamiento tan absurdo que asoló España.

Una de las dedicatorias de Sento
Siendo Sento el gran dibujante que es, supongo que era cuestión de tiempo que sintiera la tentación –o fuera tentado– de llevar también el libro al formato cómic; y así, el pasado año, presentaba el primer volumen de lo que será una trilogía que adapta la obra de su suegro a la viñeta, Un médico novato, después de que éste ganara el VI Premio Internacional Fnac-Sins entido de Novela Gráfica. A esta primera entrega publicada por Editorial Salamandra le seguía este 2015 la continuación, Atrapado en Belchite, a cuya presentación en la Librería El Puerto en Puerto de Sagunto, Valencia, acudí ayer, reencontrándome con Sento después de varios años y dedicándome éste los dos libros, acompañados de una simpática caricatura con cada firma. Fue un acto sencillo, breve y relativamente íntimo –unas treinta personas– en las que tanto Sento como su esposa y colaboradora Elena Uriel nos contaron anécdotas sobre la gestación, desarrollo y recepción tanto del cómic como de la novela, así como, por supuesto, del héroe a posteriori que fue el doctor Uriel, quien, según su hija, “se hubiera puesto rojo” si hubiera conocido la posterior repercusión de sus memorias en los medios y en la sociedad interesada en la temática.

Para acabar con un tópico tan recurrido y manido como sincero, espero con ganas la conclusión de la historia de Pablo Uriel el próximo año.

Web oficial de Sento: http://www.sento.es/wordpress/

viernes, 15 de mayo de 2015

El blues pierde a su rey

Los noticiarios de hoy amanecían con la triste noticia, para los amantes del blues y de la música en general, del fallecimiento de B. B. King, uno de los últimos grandes mitos del estilo –si no el más grande– que aún seguía con nosotros. Este oriundo de Mississippi nació un 16 de septiembre de 1925, contando en la actualidad, pues, con 89 años largos. Como sabe todo aficionado al blues, su verdadero nombre era Riley Ben, y su apodo le venía de sus días como disc-jockey, cuando era conocido como “Blues Boy” o, simplemente “B. B.”

Tuve la suerte de verlo en un par de ocasiones. La primera fue en Valencia en 1990. Posteriormente volvió a la ciudad dos veces más, pero me frenó la presencia, acompañándole en cartel, de Raimundo Amador, artista contra el que no tengo nada personal, pero cuyo estilo no me interesa ni me parece muy afín al de B.B. Finalmente, en el pasado 2011 hube de transigir y aceptar ver al sevillano como telonero del estadounidense en el que se anunciaba como último tour mundial del bluesman. En aquella ocasión ya se veía que B. B., octogenario y sentado durante la mayor parte del concierto, no estaba precisamente en su mejor forma, pero fue bonito volver a ver a una leyenda por última vez.

D.E.P., B.B.

jueves, 14 de mayo de 2015

Suite francesa

Seis años después de La duquesa, el londinense Saul Dibb dirige su tercer largometraje, Suite francesa, inspirado en una novela de la escritora rusa Irène Némirovsky. Se da la circunstancia de que esta autora murió en el campo de concentración de Auschwitz y su obra póstuma permaneció olvidada durante décadas hasta que recientemente fue encontrada y publicada por su hija.

La historia nos traslada a la Francia de la II Guerra Mundial al poco de ser ocupada por los nazis. A un pequeño pueblecito llega precisamente un destacamento de las tropas de Hitler, y sus integrantes han de ser alojados forzosamente en los hogares de los lugareños. En la lujosa mansión de las acomodadas protagonistas, una estricta viuda y su joven nuera, va a alojarse un teniente del III Reich. Es un hombre culto, educado y sensible, y la muchacha pronto se encontrará viviendo un peligroso romance con aquel que casi todos en el pueblo ven como un enemigo. Al final, por supuesto, ambos tendrán que escoger entre su amor y el deber para con sus respectivos países…

Sin resultarme especialmente original en su propuesta, incluiría Suite francesa entre lo mejor que he visto este año en cines. Bien dirigida y fotografiada, con una ambientación que me atrae mucho, y actores que me parecen casi todos estupendos. No sólo Kristin Scott-Thomas, que es una mujer a la que admiro desde hace mucho y que siempre me parece impresionante, sino también Michelle Williams, a la que no había prestado demasiada atención hasta el momento y que me ha sorprendido gratamente por la variedad de sentimientos que logra transmitir con su personaje. Eso sin olvidar a Matthias Schoenaerts, Sam Riley, Ruth Wilson o el veterano Lambert Wilson. Se nota cuando un director sabe moverse con un reparto y sacar lo mejor de sus integrantes, y este me parece el caso del señor Dibb, un artista de breve pero interesante filmografía.

Además, no sé si es casualidad o me parece ver ciertos guiños al final de la película a uno de mis clásicos favoritos, Casablanca.

domingo, 10 de mayo de 2015

¡Vuelven los marcianos!

Hubo una época de mi vida en la que andaba como loco detrás de películas de ciencia ficción clásicas –entiéndase años 50: la Edad de Oro del género–. Hablo de la década de los 80, en la que por supuesto no existía la inmediatez de internet y los únicos recursos eran el VHS y la televisión. En el primer formato sólo aparecían los títulos más conocidos, y a través de la segunda sólo en determinadas ocasiones se podía ver algo de este material –inolvidable aquel espacio de TVE llamado Alucine, presentado por el gran Narciso Ibáñez Menta en las primeras horas de los sábados, casi viernes–. Mi hambre tampoco quedaba satisfecha: ¡quería ver tantos y tantos títulos sobre los que leía en libros y revistas! Curiosamente, en este nuevo siglo XXI, en el que muchas de estas películas –la gran mayoría enclavadas en el marco de la Serie B, algunas directamente Z– han aparecido en ediciones digitales e incluso pueden encontrarse colgadas en la web, aquel apetito juvenil por ellas prácticamente ha desaparecido en mí, y no han sido muchas las incursiones en este subgénero que he realizado en los últimos tiempos… Hasta hace poco…

No hace mucho tiempo que descubrí el catálogo de la empresa L´Atelier 13, precisamente especializada en ciencia ficción –a ellos les debemos también la reedición de la magnífica serie The Twilight Zone al completo, de la que sí había comprado alguna temporada– y, fue comenzar a ver todos aquellos llamativos posters añejos y coloridos –que tan a menudo proponían mucho más de lo que luego daba el largometraje al que correspondían– con sus arcaicos platillos volantes, estrambóticos robots y aún más estrafalarios monstruos y alienígenas, cuando aquel antiguo interés por estos títulos volvió a despertar en mí: tenía ganas de ver más de aquellas películas que tanto me llamaron en otra época. La única traba con la que me encontré fue un precio que me pareció excesivo para un DVD, más aún si tenemos en cuenta que algunos de los títulos de la colección no son trabajos de destacable calidad artística ni enormemente populares. Hablamos de 15 euros por disco, y sí, entiendo perfectamente que se trata de ediciones limitadas publicadas por una empresa pequeña con mucho esfuerzo e ilusión, pero eso no solventa de todas maneras mi situación económica, que no me permite demasiados gastos. Por suerte, a poco que uno busque por internet, puede dar con interesantes ofertas y precios alternativos para todos estos films: yo los he encontrado a mitad de su precio, lo que me parece mucho más accesible y aceptable (por supuesto, sé que hay opción de sacarlos todavía más baratos, digamos que “gratis”, pero yo soy de esos antiguos que todavía pagan por las películas).


La colección de películas de ci-fi clásica de L´Atelier 13 consta por ahora de una treintena de referencias entre las que se incluyen verdaderas joyas del género como Los invasores de Marte, La invasión de los ladrones de cuerpos o Tarántula, entrañables títulos menores como Regreso a la Tierra, The Deadly Mantis o Devil Girl from Mars y productos que rozan o pasan lo infumable como la infame Plan 9 from Outer Space, The Astounding She Monster o la española El hombre perseguido por un O.V.N.I. Como reza el eslogan de la colección, “lo mejor y lo peor del cine de ciencia ficción.” Además, con cada película se incluye como bonus un episodio de la serie de TV Tales of Tomorrow.

De momento, mientras pueda permitírmelo y me dure el interés, quiero ir haciéndome con algunos de estos títulos. Ya he empezado con los dos primeros.

Para más información: http://latelier13.es/peliculas/

sábado, 2 de mayo de 2015

Vengadores: La era de Ultrón

La temporada de “cine superheroico” 2015 se iniciaba esta semana con la esperada Vengadores: La era de Ultrón, y a su estreno acudía fielmente un servidor a pesar de tener ya una edad que muchos podrían considerar un tanto… inadecuada para ver este tipo de películas, seguramente destinadas a un público más joven. Pero es que, ¿qué puedo decir? ¡Quizá me siento joven de espíritu! O quizá también desea uno recuperar algo de la ya lejana juventud o revivirla aunque sólo sea por un par de horas. Además de que creo haber repetido en varias ocasiones que en mi adolescencia fui un fan de los cómics de todos estos personajes de Marvel y DC, que entonces eran muy difíciles de llevar dignamente a la gran pantalla a pesar de lo mucho que yo lo deseaba. La tecnología digital del siglo XXI ha hecho que esto puede cumplirse ahora con efectos especiales de un realismo pasmoso, así que considero la realización tardía de todos estos films como una vieja deuda que me tenían que pagar o una espinita que me tenía que sacar en esta vida.

De la secuela de la película de Joss Whedon de hace tres años –y nuevamente dirigida por él– salgo entretenidísimo después de más de dos horas de acción, peleas, explosiones, robots, personajes con toda suerte de habilidades y poderes a cada cual más peculiar y estrambótico y hasta un malo simpaticón. Seguramente no es el tipo de cine del que disfrutarán los cinéfilos más sesudos e intelectualmente más exigentes, pero a un soñador como yo le resulta más que de sobra. Para mí es como un viaje lisérgico o una sana borrachera de fotogramas, además de un reencuentro con muchos de los compinches de papel que enriquecieron mi imaginación juvenil (aunque algunos, algo cambiados). Y, esta vez, son aún más, ya que al grupo del film original se unen nuevos reclutas como la Visión, la Bruja Escarlata o su hermano Mercurio. El reparto es demasiado largo como para nombrarlo, y la verdad es que quizá ninguno de sus componentes me resulta especialmente interesante por separado, pero juntos acaban siendo casi irresistibles.

Solamente había una cosa que me daba miedo de esta secuela y que, por suerte, no se ha hecho realidad, y era que a su director se le volviera a ir la mano con el recurso fácil y hastiante del comic relief: los chistecitos y el humor condescendientemente insertados entre escenas dramáticas de un film para “relajar” la tensión del espectador. Por suerte, los que aparecen en esta La era de Ultrón me resultan bastante más acertados y mejor repartidos que los del primer largometraje de Los vengadores, en donde el abuso de estos ardides narrativos consiguió estropearme el film. Vamos, que hasta diría que esta continuación me parece incluso un poquito superior, sin considerar ninguna de las dos películas excepcionales.

Quedan dos títulos más de superhéroes este año, y ambos se estrenarán en verano: el innecesario reboot de Los 4 Fantásticos, y la adaptación al cine de las aventuras de El Hombre Hormiga. Cuento con poder acudir a verlos, aunque de ninguno de ellos espero la espectacularidad y la diversión que me ha proporcionado esta nueva aventura de Los Vengadores.