"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

jueves, 11 de septiembre de 2014

La profecía

Un diplomático estadounidense y su esposa pierden a su hijo al nacer. Sin que ella lo sepa, él lo cambia por un niño huérfano que le es ofrecido y que el matrimonio cría como propio. Pero, cuando el pequeño cumple cinco años, una serie de infortunios y de trágicas muertes comienzan a inquietar al padre adoptivo que, a petición de un extraño sacerdote y de un fotógrafo con aterradoras pruebas, empieza a indagar sobre el origen del bebé adoptado, desvelando poco a poco un escalofriante secreto que puede cambiar el mundo de una manera terrible, ya que el muchacho, Damien (nótese el juego de palabras con demon) es en realidad el mismísimo Anticristo…

La profecía (The Omen), dirigida por Richard Donner en 1976, no es sólo una de mis películas favoritas sobre la temática demoníaca sino, de hecho, una de las pocas que me gustan sobre ella. Sin lugar a dudas, el éxito de la legendaria El exorcista de William Friedkin tres años atrás propició que la 20 Century Fox se interesara por la producción de este largometraje y que otras compañías hicieran lo propio durante la década de los 70 (recordemos, por ejemplo, La monja poseída, de la mismísima Hammer). Hay dos razones por las que prefiero la obra de Donner a la de Friedkin: la principal es que me parece construida y contada con más elegancia que su rival fílmico, anteponiendo el misterio y la intriga al interminable desfile de truculencias de aquel, construyendo una atmósfera ominosa y angustiosa conforme los protagonistas investigan el origen del niño (me encanta particularmente la escena en la que estos visitan un viejo cementerio italiano y descubren lo que hay en la tumba de la verdadera madre del bebé). Me parece también tan sobrecogedora como pavorosa la trama que se va desvelando sobre cómo la secta satánica ha orquestado y organizado todo para que Damien acabe en la familia que acaba y dé todos los pasos que da; en ese sentido me remite a la que para mí es una de las más grandes película del género, La semilla del diablo.

La otra razón por la que prefiero La profecía al El exorcista es sin duda su magnífico plantel, encabezado nada menos que por el gran Gregory Peck y por Lee Remick (ambos en la que es prácticamente su única incursión en el género de terror), y secundados por un actor por el que siento gran cariño como es David Warner, así como por el eficaz Patrick Troughton, la inquietante Billie Whitelaw o el simpático Leo McKern.

El éxito de la película propició una trilogía cinematográfica que completaban las secuelas La maldición de Damien (Don Taylor, 1978) y El final de Damien (Graham Baker, 1981) en las que Jonathan Scott-Taylor y Sam Neill encarnaban, respectivamente, al Damien adolescente y adulto que en la película original interpretara el niño Harvey Stephens, y en las que también tenían su aparición veteranos actores de la talla de William Holden, Lee Grant o Rossano Brazzi. Además, se rodó una cuarta parte para televisión (La profecía IV El renacer, de 1991, esta vez con niña en vez de niño) y un remake tan innecesario como insulso en 2006 en el que David Seltzer calcaba prácticamente el guión que había escrito 30 años antes.

2 comentarios:

  1. A mí la que más me gusta de esta temática y de las estrenadas en años cercanos, es "Rosemary's Baby" (el título español es una total metedura de pata), luego "El exorcista" y, por último, "La profecía". Las tres me parecen buenas películas pero las dos primeras mejores que la que aquí comentas.

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  2. "La semilla del diablo" merece mención aparte, y además me parece algo más desvinculada de estas dos, que sí considero "rivales" más o menos directas. Hace tiempo que no la he visto (desde los 80) y me impactó mucho en su momento. Seguramente sea la mejor de las tres. En cuanto a "El exorcista", nunca me ha acabado de cuajar del todo, pero es que me carga mucho la iconografía cristiana.... "La profecía", como digo en la reseña, me parece contada de una forma más elegante y sutil, y a mí en el género de terror, todo lo que se insinúa y no se cuenta con claridad me parece siempre más acertado. Me resulta más terrorífico el niño Damien que los maquillajes de Linda Blair....

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