"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

martes, 30 de septiembre de 2014

Y otra vez… El Juego del Cine

Incluso antes de lo que esperábamos –puesto que la anterior edición terminó en junio– ya tenemos aquí la nueva convocatoria del EL JUEGO, exactamente la decimoquinta, esta vez, y como mandan las normas, a cargo del equipo ganador del último concurso, Forofos del Foro. Aunque ya he presentado este divertimento en repetidas ocasiones (no en vano llevo más de 3 años participando en él) comentar de nuevo que es un concurso destinado a cinéfilos en el que se presentan fotogramas o, en ocasiones, sonidos o vídeos, correspondientes a diversas películas y los participantes –en solitario o en equipos– deben descubrir cuáles corresponden dentro de cierto plazo, acumulando con ello puntos que podrán llevarles a ser proclamados campeones de la edición, de una duración aproximada de seis semanas. Por supuesto, no hay un premio ni físico ni en metálico: ganar El Juego significa la responsabilidad y la diversión de organizar la siguiente edición, que es bastante premio si te gusta el 7º Arte y dispones de tiempo libre.

Todavía no tengo la página oficial del concurso y la publicaré en este mismo post en cuanto esté. Mientras tanto, los interesados en inscribirse al concurso o en recibir cualquier tipo de información pueden escribir al e-mail oficial,  forofogramas@gmail.com. ¡Ah!: la fecha de comienzo es el próximo 15 de octubre.

PÁGINA OFICIAL: http://forofogramas.forodvd.com/index.php?module=semaine

lunes, 22 de septiembre de 2014

Drácula anotado

He crecido fascinado por el personaje de Drácula, y en general por la literatura y el cine de vampiros (¿a alguien le extraña el nombre de este blog?). Durante mucho tiempo, después de leer el libro de Bram Stoker por primera vez al final de mi adolescencia, lo citaba sin duda como mi novela preferida. Esa opinión acabó cambiando, cuando, pocos años después, la volví a leer y le encontré muchos aspectos decepcionantes. Mi gusto había madurado para entonces y mi bagaje cultural y literario aumentado en gran medida para bien o para mal. Drácula me pareció y me sigue pareciendo una obra puritana y  machista y desbordante de mojigatería, aunque, naturalmente, hay que asumir la época y el lugar en los que fue escrita. Mi admiración por el conde vampiro sigue, no obstante, intacta, tanto que siempre quise leer alguna de esas versiones anotadas que han aparecido en las últimas décadas. Finalmente, he tenido ocasión de hacerlo con la edición de Leslie S.Klinger de 2007 que aquí publicó Akal cuatro años más tarde y yo me auto-regalé para Reyes. Esto convierte Drácula en una de los libros que más he leído, ya que he releído una única vez más de uno, pero con pocos he llegado a tres lecturas. Siempre prefiero emprender nuevas tareas antes que repetir otras ya realizadas.

Acabada la laboriosa misión de leer este Drácula anotado con todos sus apéndices, prólogos y, naturalmente, su grandísima cantidad de notas, quiero hacer una pequeña reseña de él.

La primera sorpresa al abordar este volumen de estupenda presentación es que Leslie S. Klinger propone un “juego” al lector: asumir que los acontecimientos narrados en el clásico de Stoker sucedieron realmente, y que llegaron al escritor a través del propio Jonathan Harker o incluso del mismísimo Drácula, naturalmente con la correspondiente censura, omisiones y cambios de nombres de personajes y lugares. Esta decisión me resulta chocante y algo desacertada, ya que lo que yo espero de esta obra es un trabajo serio que me enseñe cosas y me revele aspectos desconocidos sobre esta novela que fue decisiva en mi vida. Por lo tanto, durante todas las páginas de este estudio, el señor Klinger seguirá manteniendo esta “ligera ficción” –como él la presenta– y hará continuas anotaciones al respecto, como poner en duda que Van Helsing o Seward sean realmente titulados en medicina debido a sus muchas negligencias.

Dispensada esta licencia, encontramos en la novela básicamente cuatro tipos de anotaciones:
-Históricas/Geográficas: gracias a Leslie Klinger conocemos detalles sobre, por ejemplo, los hoteles u horarios de los trenes que se citan en la novela, personajes reales a los que se alude, el paisaje transilvano e incluso los ciclos lunares de la época, así que como la aparición de los primeros gramófonos, máquinas de escribir e interesantes nociones médicas y psiquiátricas como la pérdida de sangre y ¡las transfusiones! Este es el apartado menos discutible y supuestamente más exacto.
-Errores y contradicciones: no son pocos los despistes que tuvo Bram Stoker al redactar su más famosa novela, especialmente en lo referente a las fechas que encabezan las cartas y grabaciones que componen los apartados del libro. A menudo entran en contradicción los acontecimientos de ciertas fechas que no coinciden de un capítulo a otro, o incluso dentro de un mismo capítulo. En este sentido, esta versión anotada de Klinger parece tener casi un propósito “destructivo” de Drácula, al poner en tan clara evidencia los muchos descuidos y desatinos de su autor.
-Diferencias con el manuscrito: Klinger tuvo el privilegio de acceder al mismísimo manuscrito de la novela de Stoker, en manos de un coleccionista privado, y de tomar notas para compararlo y contrastarlo con la versión que finalmente saldría impresa. Este es sin duda uno de los aspectos más interesantes de esta edición anotada, que nos permite conocer algunas de las ideas que Stoker finalmente desechó para su novela (como por ejemplo que el castillo de Drácula se desmorona al ser vencido su propietario).
-Diferencias con la versión abreviada: en 1901 apareció una versión abreviada de la novela para la que el mismo Stoker recortó los fragmentos que consideró oportunos. Leslie S. Klinger también anota en su edición en qué pasajes del libro tienen lugar estos descartes. No pasa de ser una curiosidad, puesto que esta no es ni la primera versión publicada ni la que normalmente encontramos a la venta.
-Interpretaciones personales: una buena parte de las notas está dedicada, cómo no, a las interpretaciones personales de Klinger sobre muchos aspectos de la novela. En ocasiones coincide con los autores de otras ediciones, en otras los contradice, y algunas ideas y propuestas dentro de este apartado son consideradas por primera vez por él. Esta parte del libro es por supuesto la más discutible y cuestionable, ya que al final viene a ser una opinión personal de un autor, por muy cualificado que esté, y en los estudios literarios este es siempre un terreno muy pantanoso y difícil de atravesar: cualquier novela –o película, para el caso– puede ser interpretada de mil formas en función de quien la lea o vea, incluso habrá quien encuentre nociones e ideas que ni el mismo autor original se plantearía en su momento, y que pueden ser ciertas o no. A lo largo de los muchos estudios sobre Drácula se han querido encontrar subtextos homosexuales (el mismo Klinger los reitera), ideología comunista y todo un sinfín de impresiones que en ocasiones me parece que a menudo rozan un poco el desvarío o la excentricidad. Me sorprende especialmente que Klinger insista de nuevo en la idea, ya antes sugerida por otros estudiosos, de que el Drácula de Stoker, aunque inspirado en el histórico Vlad Tepes, no es realmente éste en la novela. Es algo que no acabo de entender, puesto que hay claras alusiones a un voivoda transilvano que luchó contra los turcos en varios pasajes que sí parecen vincular al personaje ficticio con el real.

Finalmente, la edición anotada de Drácula de Leslie S. Klinger se complementa con infinidad de apéndices de mayor o menor interés como las muchísimas novelas, películas y obras de teatro que sobre Drácula y sucedáneos se han realizado en el siglo largo de vida que tiene la novela (por cierto, el fotograma de Ingrid Pitt de la página xxxi no corresponde a Las amantes del vampiro, sino a La mansión de los crímenes). Uno de estos apartados está dedicado al estudio sobre la posible ubicación cronológica de la novela, algo que han intentado varios autores a lo largo de los años basándose, entre otras cosas, en los ciclos lunares especificados en la obra, y una tarea que me parece absolutamente absurda puesto que estamos ante una historia ficticia y fantástica.

En conclusión, aunque me apetecía mucho abordar este libro y me alegro de haberlo hecho, sólo encuentro su lectura parcialmente satisfactoria: aquellas anotaciones de Leslie Klinger en general más objetivas y concretas sí que me parecen interesantes, mientras que algunas de sus interpretaciones personales se me antojan más discutibles y hasta ignorables. Principalmente me parece un desacierto lo de la “ficción ligera” comentada al principio de esta reseña, si bien se puede dejar pasar como una propuesta divertida.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Lore

La II Guerra Mundial ha acabado en Europa. La joven Lore (Saskia Rosendahl), tras ser apresados sus padres, se ve obligada a atravesar Alemania junto con sus cuatro hermanos pequeños para llegar hasta la casa de su abuela. Durante el difícil camino plagado de penurias y de peligros, la muchacha cobrará conciencia de lo que de verdad ha estado ocurriendo en su país y se planteará la validez de los principios nacionalsocialistas en los que ha sido educada, especialmente al conocer a un chico judío que le ayudará y del que se enamorará…

En 2012, la australiana Cate Shortland lleva al cine la adaptación de la novela de la escritora inglesa Rachel Seiffert The Dark Room en esta coproducción entre Australia, Reino Unido y Alemania rodada en este último país. Es una historia contada con una estética muy lírica y cierta delicadeza visual en la que la directora se recrea continuamente en poéticos planos aparentemente innecesarios para el progreso de la narración como los pies o las manos de los protagonistas, la vegetación y otros mil pequeños detalles, a la vez que se apoya en secuencias rodadas sin trípode o simulando la ausencia de este, con cámaras que se balancean suavemente como movidas por el aire, para ir contándonos su particular visión del libro en el que se basa.

Me gusta la forma en que se insinúa más que se cuenta de manera clara la transformación ideológica de la protagonista cuando choca con el mundo exterior y en cómo va cediendo a su atracción por su compañero a pesar de que pertenece a un pueblo al que le han enseñado a detestar, así como el contraste entre la inocencia de los niños y el terrible y devastado país que van descubriendo, repleto de miseria, crímenes y muerte. Lore es una película con la que di por casualidad que me interesó por la época y el marco en los que se ambientaba y un tanto diferente a la mayoría del cine actual que suelo ver, pero no por ella menos bienvenida. Dicen que en la variedad está el gusto, aunque parece que siempre es más fácil y cómodo apostar por aquellos films que sabes seguro que te van a gustar y más difícil arriesgarse a probar formas nuevas de ver cine…

sábado, 20 de septiembre de 2014

¡80 añazos de Sophia Loren!

Sophia Loren: la abuela más sexy
Hace poco tiempo, una periodista de uno de esos –generalmente– lamentables portales de noticias virtuales parecía sorprenderse de que, en un acto público en el que habían coincidido las tres actrices –un desfile de Armani en julio de este año– la veterana Sophia Loren hubiera “eclipsado” en elegancia a las más jóvenes Elsa Pataky y Kate Hudson. Personalmente no acabo de entender donde está el asombro de esta redactora: acudiendo a un tópico casi aburrido y que algunos pueden considerar incluso anticuado, es que la italiana es una mujer de las que ya no hay. Creo que resulta demasiado fácil y a la vez peligroso ponerse a comparar el glamour y la clase de las estrellas del cine actual con el de las del cine clásico; posiblemente no tenga sentido intentar medir de una manera justa y equitativa a personas que reinaron en las pantallas hace décadas con las que lo hacen –o, al menos, lo intentan– en la actualidad. Los tiempos cambian, y con ello, para bien o para mal, los valores, los criterios y la forma de ver y presentar las cosas, así que dejémoslo estar e intentemos evitar más de la cuenta las siempre odiosas comparaciones…

Ni qué decir tiene, que el propósito de este breve texto es sencillamente felicitar sus 80 añazos a la actriz nombrada en primer lugar, uno de los últimos grandes mitos femeninos del Cine que todavía permanece con nosotros y profesionalmente activos: Sofia Scicolone Villani  nacía un 20 de septiembre de 1934, y siendo todavía adolescente su esplendorosa belleza ya le había abierto las puertas del cine de su país. Sophia ya tenía un largo currículum cuando las películas La sirena y el delfín y Orgullo y pasión –aunque rodadas en Europa– la llevaron a Hollywood y a la fama internacional. A partir de entonces, la actriz demostró además que tenía un talento interpretativo parejo a su exuberancia física, llegando incluso a ganar un Oscar por su papel en Dos mujeres, otro honorario, y una nominación por Matrimonio a la italiana.

Su carrera de más de seis décadas y de casi un centenar de papeles para la pequeña y gran pantalla se extiende hasta este mismo 2014, año en el que ha estrenado el cortometraje La voce humana. Son muchos los trabajos de esta diva que me faltan por ver, pero he de decir que, de los que sí que he disfrutado, he quedado encantado con la mayoría: La caída del Imperio Romano, El Cid, Arabesco, La condesa de Hong Kong o las ya citadas Orgullo y pasión y Dos mujeres –los títulos protagonizados por Sophia Loren que primero me vienen a la cabeza de entre los que he visto– son por lo general películas que me han fascinado, y que vuelvo a revisar a menudo. Felicidades, pues, a esta grandísima dama del 7º Arte, cuya presencia es todo un regalo para los cinéfilos.

Tienes que nacer sex symbol, no puedes convertirte en uno. Si naces con ello, lo tendrás incluso cuando tengas 100 años. (Sophia Loren) 

domingo, 14 de septiembre de 2014

¡20 años con Natalie!

Natalie Portman, 1994-2014: de joven promesa a actriz consagrada
Hace 20 años por estas fechas, exactamente un 14 de septiembre, los ciudadanos franceses eran los primeros en todo el mundo que tenían la oportunidad de asistir al estreno del quinto largometraje de su compatriota Luc Besson, León, que a España llegaría en abril de 1995 con el doble título de El profesional (León). Se trataba de un thriller de producción autóctona, aunque rodado en Nueva York y ya con esa clara influencia del cine comercial estadounidense que a partir de entonces iba a ser indeslindable de la figura su artífice. Junto a veteranos como Jean Reno, Gary Oldman y Danny Aiello, aparecía una menuda jovencita de doce años llamada Natalie Portman que era nueva en la profesión, pero que aún así consiguió encandilar a los espectadores de medio mundo con su papel de Mathilda, una niña que pierde a sus padres a manos de unos mafiosos, es acogida a la fuerza por un asesino a sueldo tan frío y eficaz en su trabajo como ingenuo en la vida real, y que no tiene mayor deseo que seguir los pasos profesionales de su nuevo amigo y vengar así la muerte de su hermanito…

Aquella chiquilla podría haber sido, como se dice en el mundo de la música, una one-hit wonder (“estrella de un solo éxito”), o haber dado unos pocos pasos en la industria del cine con mayor o menor acierto y acabar como otros niños descarrilados como su amigo Macaulay Culkin, pero no fue así: veinte años después, se ha convertido en una de las actrices más populares del cine actual, poseedora de un premio Oscar, gestora de una carrera variopinta y en general loable y acertada, y que hasta ha hecho sus pinitos como directora. Para el que esto escribe, Natalie no es sólo una mujer bellísima sino también muy inteligente que ha sabido avanzar en su carrera con pasos decididos y firmes, sin dejarse atrapar por Hollywood ni quedar encasillada en un eterno papel, alternando películas comerciales para todos los públicos con proyectos más personales destinados a un espectador más selectivo. A nadie le extrañe, pues, que me tenga totalmente cautivado. Luc Besson acertó de lleno al apostar por aquella adolescente hace ya dos décadas…

Natalie Portman: mi selección
He querido celebrar este aniversario seleccionando –con dificultad– un top ten de las que probablemente sean mis diez películas favoritas de Natalie Portman. Las enumero en orden cronológico, no necesariamente de preferencia.

El profesional (Léon) (Luc Besson, 1994)
La película que ha servido para motivar este homenaje. No fue su actriz protagonista (a la que ni yo ni nadie conocíamos entonces) lo que me motivó a ir a verla hace muchos años al desaparecido Cine Marvi de Sagunto, sino la presencia de mi admirado Gary Oldman. Fue imposible no quedarse prendado de aquella niña pizpireta y respondona, aunque, ¿quién habría adivinado que aquel embeleso duraría décadas?

Beautiful Girls (Ted Demme, 1996)
El personaje interpretado por Timothy Hutton regresa a su pueblo natal durante unos días y descubre que su jovencísima vecina de 14 años es una muchacha encantadora e inteligente por la que empieza a sentir una atracción quizá poco correcta, puesto que él va a contraer matrimonio en breve y es bastante mayor que la adolescente…

Con Hutton, buena parte de los espectadores acabamos medio perdidos por la muchachita de la casa de al lado. Natalie Portman iba creciendo y parecía que los papeles de Lolita le iban como anillo al dedo, pero en ese momento ella decidió no proliferar en ese tipo de rol –de hecho, rechazó trabajar en el remake de la novela de Nabokov– e intervenir en pequeñas apariciones en películas variadas como Heat, Mars Attacks!, Todos dicen I Love You o La fuerza del amor mientras sopesaba si quería continuar su carrera interpretativa o centrarse en sus estudios universitarios de Psicología. Acabó haciendo ambas cosas.

Star Wars: Episodio II - El ataque de los clones (George Lucas, 2002)
A finales de los años 90, nuestra joven actriz toma una de las decisiones más acertadas de su trayectoria al embarcarse durante prácticamente toda una década en la producción de la nueva trilogía de Star Wars. Si bien las precuelas dirigidas por George Lucas provocan sentimientos encontrados entre los fans de la saga y el público, lo cierto es que Natalie consigue con ellas el espaldarazo definitivo a su carrera y que su nombre sea ya conocido en todo el mundo.

El “Episodio II” es para mí la más correcta y equilibrada entrega de esta nueva trilogía, divertido,  repleto de acción y de emocionantes combates, y con una Padmé/Natalie que ya es toda una mujer y está más guapa y sexy que nunca… Por fin podemos empezar a admitir públicamente lo que nos gusta esta jovencita sin que nadie nos mire demasiado mal…

2004 Algo en común (Zach Braff, 2004)
Me ocurre con relativa frecuencia que a menudo las que para mí son las mejores películas de Natalie Portman y sus mejores interpretaciones no coinciden. Este es uno de los casos más claro: Algo en común no me parece de por sí un largometraje excepcional, pero el personaje de Natalie en esta comedia de una chica con problemas psicológicos (suaves) me resulta absolutamente irresistible y encantador. El film del actor y director Zach Braff demuestra también el interés de la actriz por la variedad de registros interpretativos y por participar en proyectos que le interesan personalmente, al margen de su presupuesto o proyección comercial.


V de Vendetta (James McTeigue, 2005)
Todo lo contrario que el caso anterior: una película en la que me gusta prácticamente todo, la cinta en sí, y el papel de Natalie. Y eso que, a priori, esta adaptación del famoso cómic de Alan Moore –sobre la que me explayé más en este enlace– apuntaba a no ser más que una cinta comercial de escaso contenido. Nadie hubiera imaginado que un film hollywoodiense propondría tan audaz mensaje de rebelión contra las autoridades y al sistema (y creo que mucha gente todavía no lo ha pillado). V de Vendetta es una película que me gusta más cada vez que la veo. Me gusta la historia, me encanta la pareja protagonista y su peculiar relación, y me encanta también el plantel de secundarios con John Hurt, Stephen Rea y Stephen Fry a la cabeza. Lástima que la posterior trayectoria de su director no haya seguido en esa línea inicial que tanto parecía prometer.

Los fantasmas de Goya (Milos Forman, 2006)
Nuestra chica sigue ampliando su carrera a medida que rueda complicadas adaptaciones teatrales como Closer (por la que es nominada al Oscar), proyectos personales como Zona libre y trabajos internacionales como Paris, je t'aime o esta Los fantasmas de Goya, rodada en España. En ella interpreta a Inés, una joven de buena familia que es apresada por la Inquisición y vive un auténtico calvario. Aunque me parece una buena película, me resulta en realidad bastante dura y desagradable de ver porque soy muy sensible a ciertas temáticas y escenas. Es por eso que no la suelo revisitar a menudo a pesar de que personalmente la destaco entre las mejores intervenciones de la homenajeada.

Mr. Magorium y su tienda mágica (Zach Helm, 2007)
Un caso parecido al de Algo en común: una película que me resulta más bien nimia (de hecho, está claramente orientada al público infantil), pero en el que me resulta una vez más imposible no rendirme ante el papel de Natalie de dependienta de una tienda de juguetes muy especial, a la vez que de compositora y pianista frustrada. Con ese look con el pelo corto que le queda tan bien, esta fue la película en la que por fin confirmé que esta actriz israelita me había robado el corazón posiblemente para siempre.





Las hermanas Bolena (Justin Chadwick, 2008)
Otra película en la que Natalie aborda –y borda– un papel histórico: nada menos que la mismísima Ana Bolena, manipuladora y ambiciosa dama de la corte de Enrique VIII que aspira a convertirse en reina, y lo consigue por un altísimo precio. Con el film de Justin Chadwick me ocurre algo parecido a lo que me pasa con Los fantasmas de Goya: muchas de sus escenas me resultan crueles y desasosegantes, algo que me suele pasar con casi todas las películas ambientadas en ese período y marco geográfico, por ello, tampoco me gusta prodigarme en su visionado a pesar de que la considero otro hito en palmarés artístico de la intérprete.


El amor y otras cosas imposibles (Don Roos, 2009)
Entre 2009 y 2011 Natalie Portman se embarca en nada menos que seis largometrajes que incluyen un remake de Hermanos, las comerciales e insulsas Sin compromiso y Caballeros, princesas y otras bestias (lo peor con diferencia que ha hecho la actriz en toda su trayectoria y un film que no quiero volver a ver jamás), la aclamadísima Cisne negro y las más modestas y discretas El amor y otras cosas imposibles y Hesher. La última ni siquiera fue estrenada en España (yo la tengo en DVD de importación, reseñado aquí) y la primera la vi de chiripa durante su ignorado y breve paso por los cines nacionales. Sencillísima en cuanto a propuesta argumental y en lo tocante a producción, el personaje al que la actriz da vida de una joven abogada neoyorquina que se casa con su jefe, y que tiene que lidiar con su hijastro a la vez que asume la pérdida de su propio bebé, me parece uno de las más destacables interpretados por la señorita Portman a pesar de que la película en sí no me resulta para nada excepcional. Sobre ella hablé anteriormente en este post.

Cisne negro (Darren Aronofsky, 2010)
Posiblemente muchos la considerarán la consagración artística y profesional de Natalie Portman, puesto que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas estadounidense consideró apropiado premiar a la actriz con el Oscar a la mejor interpretación femenina del año por su papel de una bailarina de ballet totalmente obsesionada por protagonizar El lago de los cisnes hasta el punto de sumirse en una vorágine de locura autodestructiva. Yo no sé si este es el mejor papel de Natalie Portman ni, como ya he dicho en otras ocasiones, me dejo condicionar por los premios que una actor, actriz, película o director puedan tener, pero sí que es cierto que el film de Aronofsky es todo un regalo para los admiradores de la artista porque ella interviene en todas y cada una de sus escenas, por lo que es imposible que sus incondicionales no lo disfrutemos de principio a fin.

Los próximos estrenos de Natalie...
La reciente maternidad de Natalie Portman y su matrimonio la han tenido bastante alejada de las salas cinematográficas durante los dos últimos años. La secuela de Thor ha sido el único estreno del que hemos podido disfrutar desde 2011. Algunos de los últimos cuatro proyectos en los que ha trabajado parecen demorarse eternamente, tal es el caso de las dos películas rodadas con Terrence Malick (Knight of Cups y Lawless, a la que parece que se le va a cambiar el título), que llevan más de dos años en postproducción, o del western Jane Got a Gun, de accidentado rodaje. También esperamos con impaciencia el primer largometraje dirigido por la propia Natalie, A Tale of Love and Darkness, cuya llegada para cine se anuncia para este mismo 2014 a pesar de que parece que se nos acaba el año sin que se produzca el ansiado acontecimiento.

Personalmente, creo que seguiré la carrera de Natalie Portman durante toda la vida. Para mí está ya más que consagrada en mi panteón particular, y creo que, de seguir en la línea que ha seguido hasta ahora, a pesar de algún desacierto, continuará gustándome e interesándome porque creo que la chica está ya más que confirmada y reconocida en el panorama cinematográfico internacional del momento. Y, con el tiempo, puede que en el de la Historia del Cine.

jueves, 11 de septiembre de 2014

La profecía

Un diplomático estadounidense y su esposa pierden a su hijo al nacer. Sin que ella lo sepa, él lo cambia por un niño huérfano que le es ofrecido y que el matrimonio cría como propio. Pero, cuando el pequeño cumple cinco años, una serie de infortunios y de trágicas muertes comienzan a inquietar al padre adoptivo que, a petición de un extraño sacerdote y de un fotógrafo con aterradoras pruebas, empieza a indagar sobre el origen del bebé adoptado, desvelando poco a poco un escalofriante secreto que puede cambiar el mundo de una manera terrible, ya que el muchacho, Damien (nótese el juego de palabras con demon) es en realidad el mismísimo Anticristo…

La profecía (The Omen), dirigida por Richard Donner en 1976, no es sólo una de mis películas favoritas sobre la temática demoníaca sino, de hecho, una de las pocas que me gustan sobre ella. Sin lugar a dudas, el éxito de la legendaria El exorcista de William Friedkin tres años atrás propició que la 20 Century Fox se interesara por la producción de este largometraje y que otras compañías hicieran lo propio durante la década de los 70 (recordemos, por ejemplo, La monja poseída, de la mismísima Hammer). Hay dos razones por las que prefiero la obra de Donner a la de Friedkin: la principal es que me parece construida y contada con más elegancia que su rival fílmico, anteponiendo el misterio y la intriga al interminable desfile de truculencias de aquel, construyendo una atmósfera ominosa y angustiosa conforme los protagonistas investigan el origen del niño (me encanta particularmente la escena en la que estos visitan un viejo cementerio italiano y descubren lo que hay en la tumba de la verdadera madre del bebé). Me parece también tan sobrecogedora como pavorosa la trama que se va desvelando sobre cómo la secta satánica ha orquestado y organizado todo para que Damien acabe en la familia que acaba y dé todos los pasos que da; en ese sentido me remite a la que para mí es una de las más grandes película del género, La semilla del diablo.

La otra razón por la que prefiero La profecía al El exorcista es sin duda su magnífico plantel, encabezado nada menos que por el gran Gregory Peck y por Lee Remick (ambos en la que es prácticamente su única incursión en el género de terror), y secundados por un actor por el que siento gran cariño como es David Warner, así como por el eficaz Patrick Troughton, la inquietante Billie Whitelaw o el simpático Leo McKern.

El éxito de la película propició una trilogía cinematográfica que completaban las secuelas La maldición de Damien (Don Taylor, 1978) y El final de Damien (Graham Baker, 1981) en las que Jonathan Scott-Taylor y Sam Neill encarnaban, respectivamente, al Damien adolescente y adulto que en la película original interpretara el niño Harvey Stephens, y en las que también tenían su aparición veteranos actores de la talla de William Holden, Lee Grant o Rossano Brazzi. Además, se rodó una cuarta parte para televisión (La profecía IV El renacer, de 1991, esta vez con niña en vez de niño) y un remake tan innecesario como insulso en 2006 en el que David Seltzer calcaba prácticamente el guión que había escrito 30 años antes.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Testigos silenciosos (Tras el rastro de la Guerra Civil, I)

Mi fascinación e interés por la Guerra Civil Española comenzó cuando terminaba la EGB y por aquellas lejanas fechas ya visité por primera vez casi todas las antiguas instalaciones defensivas que rodeaban mi ciudad, incluida la famosa batería del Grao Viejo. Treinta años después, la mayoría de estas construcciones han sido derribadas sin consideración, principalmente durante la descerebrada explosión inmobiliaria de los primeros años 90. Aunque a lo largo de esas décadas he realizado algunas fotografías de la mayoría de ellas, siempre quise hacer un reportaje en condiciones y me temo que he demorado demasiado tiempo la tarea, ahora imposible de completar. Este será el primero de una serie de artículos dedicados a recordar todos esos vestigios que para mí tienen un valor histórico incuestionable, además de sentimental. Espero con estos textos ayudar a concienciar, en la medida de mis humildes posibilidades, a posibles lectores sobre la importancia de respetar e intentar conservar estos pequeños monumentos, e incluso a darlos a conocer a otros, pues me consta que hay mucha gente en la ciudad que ni siquiera sabe de su existencia, tan olvidados y denigrados están.

Aprovecho para informar de la reciente creación de un grupo Facebook para recordar lo que fue la Guerra Civil en la comarca del Camp de Morvedre (Valencia), así como para intentar que se conserve el patrimonio local relativo a ésta: https://www.facebook.com/groups/652427084853764/

Dos testigos olvidados
Permanecen desde hace décadas como mudos e inmóviles testigos de una época turbulenta del país, ignorados u olvidados por la mayoría de los habitantes de la localidad. Posiblemente, ni siquiera las muchas personas que pasean o hacen jogging a diario por sus cercanías reparan en ellos: junto al Río Palancia, por el camino que le bordea a su derecha según se baja de Sagunto a Puerto de Sagunto, se pueden encontrar dos curiosas formaciones de hormigón separadas sobre uno o dos kilómetros una de otra. Se trata de dos nidos de ametralladoras que fueron construidos durante la Guerra Civil Española como parte de las defensas de la zona contra posibles incursiones aéreas o terrestres. Como con los demás restos arqueológicos del conflicto en la comarca, las autoridades no han hecho nada por conservarlos, preservarlos o destacarlos de alguna forma, y sólo han llegado hasta nuestros días porque ninguno de los depredadores urbanísticos que han asolado nuestro pueblo ha llegado todavía hasta esas zonas relativamente alejadas de él. De hecho, están sucios y llenos de basura.

El nido junto al hospital de Sagunto, que se puede ver atrás
El Río Palancia a la izq., y Puerto de Sagunto a la derecha




(Pinchar en las fotografías 
para ampliarlas)




Interior del nido junto al hospital
































El nido que está más cercano al mar está exactamente a la altura del Hospital de Sagunto o “Mini Fe”, como se le conoce popularmente, y junto al camino que he mencionado. Debió sobrevivir milagrosamente  las obras del complejo. Su compañero, más hacia el oeste, se encuentra a la altura del centro comercial Carrefour, algo más alejado del camino y más cercano al río, en un pequeño saliente desde el que se dominan perfectamente varios kilómetros. Ambos tienen casi idéntica estructura, con una entrada lateral que luego gira a la izquierda dos veces, dibujando una especie de pasillo en forma de “G” invertida. Su altura desde el interior viene a ser sobre un metro setenta, aunque seguramente el paso de los años haya acumulado sedimentos y tierra dentro de ellos y originalmente fueran más profundos. Tienen dos aberturas en ángulo en las que, presumiblemente, se ubicaban las armas de fuego que dan nombre a estas construcciones.

En años recientes, el Ayuntamiento ha habilitado un paseo junto al río que incluso tiene mesas y asientos de madera dispuestos de manera intermitente para propiciar las excursiones y visitas a la zona. Dicho camino pasa muy cerca –y a veces coincide– del camino viejo, en el que están nuestros dos inertes protagonistas. Ahora que hay mucha más actividad humana junto al Palancia, no estaría de más que el consistorio se propusiera también adecentar un poco esos dos nidos e identificarlos con un par de pequeños carteles, como ha hecho con otros puntos del río. No creo que fuera una labor ni ardua ni económicamente costosa.

El nido que está más al oeste del río. Al fondo a la derecha se
puede ver el hospital, junto al que se encuentra el otro nido.
Vista posterior

Vista desde el camino inferior
Desde el interior del nido se puede ver el río y el nuevo camino

Interior del nido, en lamentable estado
(Fotografías de Luis E. Hernández)













Situación de los nidos con ayuda de Google Maps

viernes, 5 de septiembre de 2014

Una sesión muy especial

Toda una experiencia fui asistir ayer al reestreno –con motivo de su 25 aniversario– de la película de Giuseppe Tornatore Cinema Paradiso, que yo ya había visto en 1989. Y fue tal debido al excepcional marco en el que se produjo el evento: el Cine de Verano de Serra, una de las pocas terrazas que todavía proyectan largometrajes en la Comunidad Valenciana –de hecho, según indican sus propietarios, la más antigua de España todavía en activo–.

El único pase de la película el jueves 4 de septiembre estuvo complementado con una serie de simpáticos detalles por parte de la sala: primero, la interpretación en directo de algunos de los temas que Ennio Morricone compuso para el film por los músicos Jordi Garay y Vicente Femenía (clarinete y piano); después, la demostración del funcionamiento de un viejo proyector de los años 60 Marin MP 30.

Recital-preámbulo a la proyección de Cinema Paradiso


Demostración del funcionamiento
del proyector Marin MP 30
En la estival terraza se dan cita toda una serie de elementos modernos y antiguos que la hacen tan entrañable como única: la construcción en sí parece ser una antigua sala de pelota valenciana presidida por una curiosa figura de Jesucristo que se ha convertido en logotipo del negocio, mientras que la organización y el equipo de sonido y proyección son bastante jóvenes y modernos, respectivamente (se trata de la misma empresa que lleva los cines de Museros y Vall de Uxó). A la gerencia se le ve con ganas de agradar y arropar al público (quizá una cincuentena anoche, mayoritariamente gente del pueblo, puesto que ya ha acabado la temporada turística), y alentada en su labor por un innegable amor por el cine y por lo que hacen. Deberían de tomar nota los grandes complejos de la provincia, que con muchos más recursos sólo logran transmitir una imagen de frialdad y de burdo y simple interés económico. Las instalaciones son humildes: un pequeño y simpático bar en el que los refrescos aún se venden en bote, y sillas de plástico tipo terraza –mi única queja de la sesión, puesto que acaban siendo realmente incómodas tras más de dos horas de proyección–, contrastando, como ya he dicho, con un equipamiento técnico de última generación y con una programación de rabiosa actualidad (Hércules y El niño serán las dos últimas películas del verano).

La entradita a la sala
En fin, no puedo sino recurrir a un término tan usado como “encanto” para definir la esencia y la impresión que me causó el recinto y la vivencia en él ayer. Llevaba muchos años sin ver una película al aire libre, bajo las estrellas, en una terraza de toda la vida. En mi ciudad hay alguna proyección ocasional de ese tipo, pero ya no quedan recintos así que emitan de continuo durante el verano. Quizá por ello, presenciar precisamente Cinema Paradiso, con su canto al amor por los viejos cines de toda la vida, esos de los que apenas quedan ya, volver a revivir la bonita historia de amistad entre Totó, el niño que amaba el Cine, y Alfredo, el viejo proyeccionista de la sala del pueblecito italiano de Giacaldo, fue tan impagable como apropiadísimo. ¡Espero poder volver al local el año que viene!

Para más información y fotos sobre el Cine de Verano de Serra: http://cineveranoserra.es/index.php

Fotografías anteriores de Esther Peris. ¡Muchas gracias!

Fotografía cortesía de Cine de Verano Serra

Fotografía cortesía de Cine de Verano Serra

lunes, 1 de septiembre de 2014

Scorpio´s Dance (Shocking Blue, 1970)

Hace muy poquito tiempo que he descubierto al grupo holandés Shocking Blue. Lo que tienen las cosas, porque han pasado cuatro décadas largas desde que este cuarteto triunfaba en el panorama rock internacional, pero la jungla musical es vasta y ardua de explorar, y uno da para lo que da con su tiempo y sus recursos, ambos limitados. Lo que más me llamó la atención de él en un primer momento fue el parecido de su sonido con el de una banda que me atrae bastante, al menos en sus primeros años: los estadounidenses Jefferson Airplane, y especialmente la gran similitud de las voces de las respectivas cantantes de una y otra banda. Todo esto no es casual, ya que el guitarrista y compositor Robbie van Leeuwen formó Shocking Blue precisamente como respuesta europea a los Jefferson. Leeuwen había pasado por varias bandas beat de su país cuando decidió emprender una nueva aventura musical y crear una banda más próxima al rock psicodélico que triunfaba en los EE.UU. La primera formación de Shocking Blue consistía en el cantante Fred de Wilde, el bajista Klaasje van der Wal y el batería Cor van Beek, además del propio Robbie, y con ella apareció el primer disco homónimo del grupo, que tuvo un éxito discreto, en 1968. Fue entonces cuando Leeuwen tuvo la gran idea de intentar buscar una “Grace Slick” en su país, y encontró este tesoro en la persona de Mariska Veres, una jovencísima vocalista de ascendencia rumana que no sólo guardaba en común con Slick su larga melena negra y sus ojos azules, sino también una poderosísima voz en contralto que, cuando entonaba los temas que componía el guitarrista de los Shocking, remitía inevitablemente a la música de Jefferson Airplane: basta con oír Love Buzz, Water Boy o Send Me a Postcard (la primera canción que oí de los holandeses y mi preferida hasta el momento) para encontrar las innegables reminiscencias a la banda de Slick, por lo demás, como ya se ha dicho, algo totalmente consciente y deliberado.

El gran momento de Shocking Blue vendría, curiosamente y a pesar de las grandes canciones propias que tienen, con una versión bastarda de The Banjo Song del grupo norteamericano The Big Three (en el que militaba una aún desconocida Mama Cass Elliot) a la que titularon Venus. El tema no sólo triunfó en media Europa, sino que llegó a nº1 en el mismísimo Billboard estadounidense. Curiosamente, Tim Rose, compositor de The Banjo Song, nunca demandó a Van Leeuwen, quizá porque él mismo también se inspiró para su canción en la popularísima Oh, Susanna. A su vez, mucho tiempo después, el grupo femenino de pop Bananarama repetiría el hito de los Shocking Blue con una edulcorada y electrónica versión de Venus que también llegó a nº1 en 1986.

Shocking Blue, tras pasar del sello Polydor a Pink Elephant después de su primer disco, publicaría seis LPs más hasta 1974, momento en que su cantante decidió emprender una carrera en solitario. Hubo, por supuesto, reencuentros ocasionales del grupo a lo largo de los años, pero la muerte de Mariska Veres en 2006 destruye por completo la posibilidad de que esto vuelva a ocurrir de nuevo.

Scorpio´s Dance (1970)
Scorpio´s Dance fue el tercer LP de Shocking Blue y el segundo con Mariska Veres. El vinilo original constaba de diez temas, dos de ellos (en realidad, una variante del mismo) instrumentales, todos compuestos por Robbie van Leeuwen menos Sally Was a Good Old Girl que, mira tú por dónde, fue el mayor éxito de un personaje tan querido por mí como Hank Cochran. ¡Cuántas casualidades y coincidencias!

Siempre que le hablas a alguien sobre una banda o artista musical, te suelen hacer la misma pregunta, aunque planteada de diferentes formas: “¿qué tipo de música hacían?”, “¿cuál era su estilo?”. Las etiquetas en la música y en todas las disciplinas artísticas parecen ser siempre necesarias para ubicar o catalogar a sus artífices de alguna manera, pero por fortuna, ningún grupo o cantante suele atenerse exactamente a un solo estilo y ofrece por suerte variedad y riqueza musical en sus trabajos. Dicho esto, encontraréis casi siempre a Shocking Blue catalogado como un grupo de “rock psicodélico”, pero en su repertorio también tienen cabida el garage, el blues rock, viejos temas country y, en general, un rock bastante estándar y limpio que por supuesto destaca la potente voz de Mariska Veres.

En la versión en CD del LP se incluyen cuatro temas más repescados de singles de la época en la que apareció Scorpio´s Dance, entre ellos el enérgico Send Me a Postcard que me descubrió al grupo y me puso sobre su rastro.

Scorpio´s Dance (Pink Elephant, 1970)
CARA A
-Scorpio's Dance (First Movement)
-Alaska Country
-Sally Was a Good Old Girl
-Daemon Lover
-Scorpio's Dance
CARA B
-Little Cooling Planet
-I Love Voodoo Music
-Seven Is a Number in Magic
-Keep It if You Want It
-Water Boy

Canciones extras en la versión CD:
-Send Me a Postcard
-Mighty Joe
-Hello Darkness
-Pickin' Tomatoes

Músicos
-Mariska Veres: Voz solista
-Robbie van Leeuwen: Guitarra, sitar y coros
-Klaasje van der Wal: Bajo
-Cor van der Beek: Batería
- ?: Armónica, órgano