"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

domingo, 10 de noviembre de 2013

Thor: El mundo oscuro

Primera y muy esperada ocasión que tengo de volver a ver en pantalla grande a mi actriz favorita del cine actual, Natalie Portman, que nos tiene a los fans desamparados desde hace más de dos años. Empezaré esta reseña diciendo que pasé la proyección de Thor: El mundo oscuro rodeado de post-adolescentes parlanchines que no paraban de consultar sus móviles, con lo cual me fue imposible concentrarme en la película y disfrutarla debidamente. Digo esto porque, en esas lamentables circunstancias, mi apreciación del nuevo trabajo de Alan Taylor puede no ser exacta ni estar juzgada con la suficiente equidad. No obstante, la impresión que me queda es la de que en la secuela del héroe del martillo, el director ha decidido primar una innegable espectacularidad y ciertas dosis de humor sobre el elemento dramático que yo creo que, bien condimentado y proporcionado, es esencial y hace buena una película de superhéroes. Combates y enfrentamientos a mansalva con rayos láser, naves voladoras y cañones (a veces tiene uno la sensación de estar viendo una película de Star Wars, cuando espera una ambientación de Asgard más “medieval”) y esos comics reliefs que Hollywood parece empeñado en meternos a toda costa, como si el espectador no pudiera soportar un drama fantástico sin aligeramientos en su tono (véase el gran y claro ejemplo de la trilogía Batman de los Nolan) le restan para mí solidez a este largometraje. Sin parecerme un film especialmente destacable, creo que me gustó más la primera parte rodada por Kenneth Branagh. Claro que, como he dicho, tampoco pude ver esta continuación en condiciones adecuadas, así que es posible que hasta vuelva a darle otra oportunidad…

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