"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

domingo, 19 de febrero de 2012

50 años de "Agente 007 contra el Dr. No"

De manera inconsciente e indirecta, he acabado dedicando tres de las entradas de estos dos últimos meses (*) a la saga de James Bond así que, esta vez, voy a hacerlo deliberadamente: no en vano, el próximo 8 de mayo se cumplen 50 años del estreno de Agente 007 contra el Dr. No, primer largometraje cinematográfico de la productiva franquicia, que a día de hoy está a punto de estrenar su vigésimo tercera entrega. El novelista británico Ian Fleming había creado al personaje casi una década antes y, para 1962, ya había publicado diez libros sobre el agente. En 1954 William H. Brown Jr. dirigió para televisión Casino Royale, primera ocasión en que James Bond (encarnado por Barry Nelson) era llevado a la pantalla, en esto caso para la serie Climax!, donde nos era presentado como un espía de la CIA.

Para el nacimiento cinematográfico de 007 se eligió su sexta aventura literaria, Dr. No producida por Eon Productions y dirigida por Terence Young. Se barajaron muchos nombres para el papel de Bond pero, como todo el mundo sabe, acabó yendo a parar al escocés Sean Connery. El presupuesto fue modesto y el rodaje en Inglaterra y Jamaica (residencia de Fleming), inferior a los tres meses. No todo el mundo apostó por el film en su momento: se le tachó de violento e incluso fue condenado por el Vaticano, pero su éxito propició una inmediata continuación, y una serie fílmica que sigue dando resultados cinco décadas después y que ha propiciado juegos de mesa, cómics, vídeo-juegos y todo tipo de merchandising.

Mi primer contacto con la saga de James Bond fue con el estreno de Moonraker (1979) en las salas cinematográficas, y desde entonces no he dejado de ver en pantalla grande ninguna de las posteriores peripecias del agente. Poco tiempo después de aquella película, supe de otro señor que había encarnado a Bond antes que Roger Moore y, ya fuera vía televisión, ya fuera vía vídeo, acabé disfrutando también las películas de Sean Connery (y George Lazenby) y me fui familiarizando con todo el mundillo del agente: las bellas y a veces letales “chicas Bond”, los megalómanos villanos (con Ernst Stavro Blofeld y SPECTRA a la cabeza), los gadgets, el Ashton-Martin, la Walther PPK, M, Q, Moneypenny, John Barry y las canciones (fantástica Shirley Bassey)... Después llegaron Timothy Dalton, Pierce Brosnan y, por supuesto, Daniel Craig. El nuevo “remozado” de la saga con este último actor me parece un grandísimo acierto, y estoy deseando ver la próxima entrega, Skyfall, que debería estrenarse este mismo año. Mientras tanto, he empezado a coleccionar las películas en formato digital, en una estupenda y económica colección que las presenta en caja metálica y doble DVD. Voy por la tercera y, si la coyuntura acompaña y no se agotan antes, espero hacerme poco a poco con todas (bueno, ya tengo las de Craig)…

(*: véanse Martine Beswick, Caterina Murino y Honor Blackman en la serie “Anónimos populares”)

2 comentarios:

  1. Personalmente nunca he sido capaz de cogerle el punto al personaje. Demasiado perfecto e infalible para mi gusto: es el mejor tirador, el mejor luchador cuerpo a cuerpo, pero también el mejor conductor, y el mejor piloto, y el mejor atleta, y el más listo, y a la vez el más guapo, y el más elegante, y el más irresistible y glamouroso, etc. Eso me lo hace demasiado empalagoso. Aún así, soy capaz de reconocerle su fama mundial, y todo el fandom entusiasta que tiene detrás. Cuestión de gustos.

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  2. Como tú dices, cuestión de gustos. En cierta manera, se le puede considerar una especie de súper-héroe. En mi caso es un mito cinematográfico como el que he crecido y que siempre me ha gustado.

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