"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

martes, 27 de diciembre de 2016

Carrie Fisher... sin palabras

Sin palabras, o con muy pocas, dado el estado de ánimo. Hoy la tarde se me ha presentado especialmente mala a nivel personal y ha acabado rematada con la noticia de la muerte de Carrie Fisher a los 60 años. Sabía de su percance el pasado viernes y confiaba en su recuperación, pero parece que no ha sido así. Nunca fui fan ni seguidor de ella; de hecho, creo que su carrera como actriz fue peor que mediocre, pero tuvo la suerte de encarnar a un personaje icónico en la Historia del Cine. ¿Quién no conoce a la Princesa Leia? ¿Quién puede olvidar aquella primera aparición en 1977, cuando los niños de entonces quedamos deslumbrados por la epopeya galáctica de George Lucas? Un solo papel le valió la inmortalidad a la actriz; ese mismo rol le había devuelto de nuevo a la gran pantalla con la tercera trilogía de Star Wars. Ahora ya sabemos que su aparición en el próximo Episodio VIII será póstuma. ¡Buena suerte en el otro mundo, querida Carrie!

Missing Scotty

Como dijo aquel, respetos al máximo a todos los artistas musicales que nos han dejado este año, pero cada uno barre para su propia casa y la cabra tira al monte: para un servidor la gran pérdida de este año ha sido SCOTTY MOORE. Para mí era mucho más que un ídolo musical o que mi último gran mito vivo; siendo guitarrista autodidacta, sus solos, riffs y fraseos fueron mi escuela. A Scotty le considero “mi maestro en la distancia” y mi mayor influencia en la guitarra junto con Eddie Cochran. Oír los discos de ambos y querer emularlos fue un paso lógico e inevitable que llegó seguido. Por haber desarrollado la parte más importante de su carrera en una época en la que el “guitar hero” aún no se había reivindicado y en la que la guitarra rock estaba naciendo, creo que la historia nunca le hará justicia; prueba de ello es que los medios menos especializados dieran a su muerte este pasado junio mucha menos difusión que a la de otros personajes de menor calado e importancia que le antecedieron o le sucedieron en este fatídico 2016.

Hoy por primera vez desde que lo sigo hace treinta años no puedo celebrar el cumpleaños de Scotty: hubiesen sido 85. 😢

sábado, 24 de diciembre de 2016

Rogue One

Más de una semana después de acudir al preestreno de Rogue One, aún sigo deslumbrado por su visionado tras la apabullante retahíla de imágenes que la componen. Porque lo que creo que es innegable es que la nueva película de la saga de Star Wars, a nivel visual, es intachable; un espectáculo, una maravilla del diseño artístico y de producción y de los efectos especiales. Claro que también hay que decir que, hoy en día, con los medios técnicos disponibles y con un buen presupuesto, eso es bastante fácil, y lo cumplen muchísimos largometrajes que al final resultan no tener más que eso, una impresionante presentación. El nuevo trabajo de Gareth Edwards va para mí un poco más allá, pues consigue también reunir personajes atractivos, actores entregados y una trama interesante que atrapa desde el principio.

Es cierto que Lucasfilm/Disney también se ha asegurado buena parte de la simpatía y de la complicidad del espectador al relacionar y ambientar la historia del film directamente con la primera película de la serie, pues Rogue One entronca cronológicamente con los acontecimientos de La guerra de las galaxias de George Lucas (o Una nueva esperanza para los más modernos, que no es mi caso). Por ello, en esta nueva precuela (o intercuela, según opiniones) encontramos a muchos de los personajes más clásicos como Darth Vader o el Grand Moff Tarkin, así como las naves, armas, vehículos y droides de su más lejana predecesora, e intenta imitar el ambiente y entornos de aquella dentro de las diferencias que pueden marcar la tecnología y el diseño de producción modernos, lógicamente muy por delante de los que existían hace cuarenta años. Esta baza segura para ganarse a los fans más acérrimos ya la usó la productora del film en el Episodio VII, pero de una forma más forzada y menos honesta, al intentar que toda la imaginería, maquinaria y atrezzo se parecieran a los de la trilogía original cuando, en realidad, se supone que entre las tramas de esos dos capítulos han pasado treinta años y tenía poco sentido. Por esto, y por un montaje, un argumento y un guion mejor hilvanados (o parcheados) y menos forzados, Rogue One me parece que aventaja un tanto a El despertar de la fuerza y es para mí superior. Parece que todo aquel miedo cuando se habló el pasado verano de que se rodaba buena parte de la película de nuevo era en vano, aunque sorprende ver en la cinta que muchas de las escenas que vimos en los primeros tráileres no aparecen en el montaje final, obvia señal de todos estos cambios introducidos posteriormente.

Atractivo reparto internacional con robot simpaticón

Pero Rogue One y sus artífices corrían también algunos riesgos comedidos. En primer lugar, este es el primer largometraje de acción real de la franquicia que transcurre ajeno a la saga oficial y los personajes clásicos, y como tal es una especie de experimento. El único precedente había sido el capítulo piloto de la serie de animación The Clone Wars en 2008, pues no olvidemos que las dos películas de los ewoks de los años 80 se hicieron originalmente para televisión, aunque aquí las viéramos en pantalla grande. Aún con todo, pese a que se nos presenta como un spin-off o intercuela, podemos asimilar Rogue One igualmente como una precuela o incluso como un capítulo estándar de la saga (¿Star Wars. Episodio 3.5?). La película de Edwards también prescinde de algunos elementos clásicos como el famoso texto inicial que nos introduce en cada uno de los capítulos normales y hasta de un componente tan esencial y querido como es la música de John Williams. Le sustituye a la batuta el prolífico Michael Giacchino, quien ha compuesto una banda sonora tan meritoria (¡en tan sólo dos meses!) como poco arriesgada, pues se ha movido por los patrones y frases tradicionales del compositor habitual de Star Wars y ha escrito una partitura claramente amparada en las de Williams, aunque interesante, atractiva y con gancho (se me ocurre que esa The Imperial Suite es una apropiada sucesora de la legendaria The Imperial March, ambas piezas ominosas e imponentes).

Tarkin/Cushing: el gran error de Rogue One
Y ahora viene el más importante de los grandes riesgos que creo que ha asumido la cinta que reseño, y que creo que constituye su único resbalón significativo: parecía bastante evidente que habría al menos dos personajes de La guerra de las galaxias que aparecerían en Rogue One; la duda que se mantuvo entre los fans hasta el último momento era si estos serían recreados por nuevos actores, o si lo serían por animación computerizada. Lucasfilm optó finalmente por esto último, y el resultado lo podemos ver sobre todo en las escenas en las que aparece el Gran Moff Tarkin, que en su día interpretara el legendario Peter Cushing (el “otro” personaje no lo desvelaré, aunque su aparición es mucho más breve y entiendo que ha sido autorizada por la persona que lo interpretó originalmente). Siempre me he opuesto a que se recree para la pantalla a actores fallecidos –y por lo tanto, se haga sin su consentimiento– salvo que sean casos comprensibles como los de Oliver Reed o Paul Walker, que murieron en mitad de un rodaje. Lo que nunca hubiera imaginado es que fuera a ser precisamente mi actor favorito el primer experimento extenso de esta moralmente discutible aplicación del CGI. Creo que el Tarkin de Rogue One no le hace justicia porque en ningún momento logra captar la espléndida y maravillosa mirada del genial actor británico, mérito hoy en día imposible ni con estas avanzadas técnicas, y que su personaje en la nueva película de Star Wars se presenta robótico y deshumanizado. Aunque los creadores de este supuesto prodigio técnico se han dado mucho autobombo, yo no estoy seguro de si entenderlo como el supuesto homenaje a Cushing que dicen que es, o como algo más cercano a un sacrilegio éticamente cuestionable. Personalmente hubiese preferido que Tarkin hubiese sido interpretado enteramente por otro actor que guardara un parecido razonable con el original y basta. Tampoco los nuevos Obi-Wan o Han Solo tienen un parecido exactísimo con Alec Guinnes y Harrison Ford. (Además, Guy Henry, el hombre sobre cuyo rostro se ha recreado el de Cushing, es algo más alto que él, y eso no lo han intentado disimular en las escenas en las que aparece).

Por otro lado, la inclusión de un personaje tan icónico como Darth Vader ha corrido mejor suerte al tratarse de un personaje enmascarado que no debe mostrar ningún rostro. A destacar la tremenda escena que constituye su aparición final, y que pone los pelos de punta. ¡Nunca antes Darth Vader me había parecido tan terrorífico y amenazador!

Anotar que este es también el primer film de Star Wars cuyo título no se ha traducido, algo que normalmente no me gusta, pero que en este caso me parece relativamente aceptable, pues la palabra rogue tiene una difícil traducción en el contexto de la película. Rogue alude a una persona inconformista, independiente, que va por libre o vive alejada o desprendida de la sociedad y de los demás. El título alude claramente a su protagonista, y uno de los personajes se inspira en ese rasgo de ella para bautizar así a la nave que los transporta, por lo que “rogue one” se puede adjudicar a varios elementos de la película e incluso, como bromeaba su director, a la propia película, al ser un capítulo independiente, distanciado o diferente de la saga…

Felicity Jones, nueva heroína de la saga
Destacar, por último, el atractivo elenco internacional que los productores han reclutado para la película, encabezado por una destacable Felicity Jones, últimamente muy de moda y aún más activa profesionalmente. Ben Mendelsohn conforma –una vez más– un villano aprobable, Diego Luna un compañero más que aceptable (un acierto que no se plasme de manera evidente una posible historia de amor entre la pareja protagonista), nombres de la talla de Forest Withaker o Mads Mikkelsen , y el robot interpretado por Alan Tudyk me parece un digno sucesor (¿o es predecesor?) de los androides clásicos de la saga como contrapunto cómico acertado y comedido, pues a nada le tengo más miedo que a ese terrible recurso llamado comic relief con el que nos obsequian a menudo en muchas películas comerciales y que las más de las veces rechina, espanta y logra arruinar más de una escena, cuando no todo un largometraje.

Dice un amigo mío que lo mejor de las películas de Star Wars es la expectación que generan; los meses que transcurren antes de sus estrenos, en los que vamos acumulando con ansia, emoción y cuentagotas la información y las imágenes que sobre ella se nos van proporcionando, y añado yo que a eso hay que sumar todo el “aparato” comercial, publicitario y social que rodea a cada estreno de la franquicia que ideara George Lucas: libros, discos, cromos, figuras, videojuegos… Cualquier entrega galáctica es mucho más que una película, y como tal he disfrutado todas –desde la primera hasta la última– y espero seguir pudiendo hacerlo. En el punto de mira queda ahora el Episodio VIII –que, según algunas fuentes, se titularía Forces of Destiny, aunque no hay nada confirmado–, el todavía lejano 15 de diciembre del próximo año.

Quiero finalizar este largo artículo deseando una pronta recuperación a nuestra querida Carrie Fisher, en estos momentos hospitalizada en estado grave tras sufrir un infarto ayer viernes 23 de diciembre.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Michèle Morgan

Aunque nuestro amigo Kirk Douglas ha logrado alcanzar la increíble edad de un siglo, muchos otros de sus colegas no han logrado tan meritorio récord, pese a que se han quedado cerca: ayer nos dejaba una de las grandes damas del cine francés a una edad más que respetable y muy cercana a la del galán hollywoodiense: Michèle Morgan fallecía a los 96 años, tan sólo dos días después de que lo hiciese Zsa Zsa Gabor a los 99. La legendaria actriz gala había abandonado la actuación en 1999, después de más de seis décadas dedicadas a la profesión (ya en 1938 había participado en la clásica El muelle de las brumas). La mayor parte de su extensa filmografía la rodó en su país natal, aunque Inglaterra y, por supuesto, Hollywood, la tentaron durante algún tiempo. Cuentan las crónicas que iba a ser la protagonista de Casablanca hasta que cierta sueca avispada aceptó cobrar la mitad del sueldo de Michèle para obtener el papel que la inmortalizaría. En el olimpo cinematográfico galo todavía nos queda la no menos mítica y aún más veterana Danielle Darrieux, con 99 años.

martes, 13 de diciembre de 2016

Los valientes andan solos

Quería homenajear al gran Kirk Douglas en su centenario revisando algún clásico suyo, pero no me decidía por cuál (mi película favorita suya siempre ha sido Senderos de gloria). El propio actor me ayudó a escoger cuando leí en una entrevista reciente que su trabajo preferido de entre los que rodó era Los valientes andan solos, dirigida por David Miller en 1962. Vi esta película hace muchos años, en los 80, pero sólo recordaba de ella el final –y durante mucho tiempo lo confundí con el de El ídolo de barro, error del que salí recientemente al revisar esta última–. Kirk interpreta a un vaquero rebelde e independiente que no se adapta a las restricciones ni a los tiempos modernos lo que, cómo no, acabará metiéndole en problemas con la ley. Un papel y una película hechas a medida del actor en la que le acompañan Walter Matthau y Gena Rowlands, con paisajes y planos embriagadores y bellísimos, como aquel que la cierra, y que no desvelaré para quien no la haya visto y deseé hacerlo.

Por cierto, volviendo a ver la cinta me he dado cuenta de dónde salió la trama para la novela y la película Acorralado. Demasiados coincidencias para que sea casualidad. El de Miller es un largometraje menos exagerada, menos violento, mejor interpretado, pero la idea está ahí. Hasta el helicóptero. Y las dos con música de Jerry Goldsmith, lo que refuerza ese parentesco....

viernes, 9 de diciembre de 2016

INMENSO Kirk Douglas

¿Qué se puede decir a estas alturas de un mito como Kirk Douglas, que hoy alcanza nada menos que el siglo de vida? Poco que no se haya dicho ya. Los periódicos y publicaciones, virtuales y físicos, se llenan este viernes 9 de diciembre de 2016 de homenajes a la trayectoria vital y artística de esta leyenda del Cine, por lo que sólo puedo recomendaros que echéis un vistazo a los más selectos de ellos, que sin duda podrán ofreceros información más novedosa e interesante que la que puede aportar este humilde blog…


domingo, 4 de diciembre de 2016

La reina de España

Tras considerarlo durante algunos días, me decido por fin a ver la última película de Fernando Trueba, La reina de España, más que nada por el buen recuerdo que tengo de su predecesora, La niña de tus ojos, que sin entusiasmarme me resultó entretenida (de hecho, la volví a verla el día de antes de ir al cine para refrescarme la memoria). La impresión con que salgo de la secuela es más o menos similar: una cinta con la que se pasa el rato que te hace aflorar alguna sonrisa puntual y de la que me gusta la recreación del Madrid de los años 50 y la ambientación en los estudios y rodajes cinematográficos de la época. Me reencuentro también con un tipo de cine que ya casi no se hace, un cine español al que hasta podríamos llamar ya clásico que me remite a mis visitas a las viejas salas de hace dos o tres décadas. Ciertamente la comedia de Trueba tiene poco con ver con la comedia que se rueda en España en los últimos tiempos, que mayoritariamente me parece insufrible y de la que en general suelo huir. De los directores nacionales ya largamente consagrados del país y todavía en activo, este madrileño es el que tiene para mí una de las filmografías más atractivas, pues Garci me resulta aburrido, y a Almodóvar lo detesto directamente, y otros realizadores de los que era seguidor, como es el caso de Gonzalo Suárez, llevan mucho tiempo sin estrenar nada.

Interesante también reencontrarse con toda una serie de actores a los que no veía desde hacía mucho tiempo, como pueda ser el caso de Antonio Resines, Neus Asensi, Jorge Sanz, Jesús Bonilla, Loles León o María Rosa Sardá, todos ellos veteranos de la escena y de la pantalla. Penélope Cruz es una actriz que me llama menos, pero que me parece correcta en la cinta, y sólo he de lamentar la presencia de Santiago Segura, en mi discutible opinión un histrión de dudoso talento que ha hecho más daño al cine patrio que otra cosa rescatando un género que costó mucho erradicar como es el de la españolada. A mencionar la presencia en papeles secundarios de varios actores extranjeros como Clive Revill, Cary Elwes y Mandy Patinkin (curiosamente, dos artistas a los que descubrí en la misma cinta, ahora que caigo: La princesa prometida), y no dejaré de destacar la clara crítica al franquismo que hace el director, que obviamente ha molestado a más de un sector retrógrado de esos que aún perviven en nuestro país dando coletazos.

Terminaré esta breve reseña lamentando el triste boicot que, según veo, se ha iniciado contra Trueba a raíz de unas declaraciones que hizo (y sacadas de contexto) en las que decía que no se sentía español. Es vergonzoso que se haga esto y se tolere a un delincuente probado como Almodóvar, por no hablar ya de la banda de mangantes que nos gobierna, y que el pueblo parece reelegir una y otra vez. En la web IMDB, el archivo cinematográfico más importante de internet, de las 218 valoraciones que tiene la película a día de hoy, 102 le han puesto un 1, algo que se ha hecho claramente por puro despecho y seguramente por gente que ni ha ido a verla (tampoco me parece sincero que le pongan un 10, como han hecho otros, quizá para contrarrestar la intolerancia de los boicoteadores). Algo parecido ha ocurrido en Filmaffinity, todo ello al parecer instigado por algunos grupos de derecha tan exacerbados como irreflexivos. El retraso mental de este país es más que considerable; así no tiene nada de extraño que uno no quiera identificarse con él, la verdad. En fin, hasta las narices de tanto facha de postín y de tanto tonto, para qué nos vamos a cortar a estas alturas…

domingo, 6 de noviembre de 2016

Desayuno con Tiffany

Son muchas las actrices y modelos que, en algún momento de su carrera, han querido medirse de alguna forma con Audrey Hepburn, uno de los mayores iconos de la moda y del cine del siglo XX o, simplemente, homenajearla luciendo algunos de sus vestidos y looks más clásicos y caracterizándose como ella. La mayoría no lo han conseguido, se han quedado a medias o, simplemente, han hecho el más lamentable de los ridículos (me da hasta vergüenza mencionarlo pero, ¿recuerdan aquellas fotos de Belén Estebán pretendiendo ser Holly Golightly?).

Una notabilísima excepción es la de Tiffany Smith, joven modelo británica cuyas fotos descubrí hace poco fortuitamente y casi hacen que me dé un vuelco el corazón, pues, a pesar de algunas diferencias obvias, como puedan ser el color de pelo o el de los ojos, parece la mismísima Audrey rediviva. Por supuesto, se puede alegar que tanto fotografía como maquillaje en estas fotos –atención a esas cejas tan características de la diva cinematográfica en sus primeros años– están concebidos precisamente para eso: para que recuerden a Audrey Hepburn, pero ni aún con esa ventaja han conseguido un parecido tan impresionante muchas antecesoras de este mi nuevo descubrimiento; ni la mismísima nieta de la actriz, Emma Ferrer, ni mucho menos Jennifer Love-Hewitt en el biopic televisivo en el que encarnó a Audrey, pudieron ni acercarse al parecido de Tiffany con esta. Y encima, su nombre –no sé si real o artístico– no podía ser más acertado…

Eso sí, en Tiffany Smith tenemos a una Audrey más moderna y descocada y menos pudorosa que no tiene inconveniente en lucir ligera de ropa y adornada con piercings y tatuajes que nos hacen pensar en una suerte de moderna Sabrina entre punky y emo…

Enlaces de interés (¡Pasen y comparen!):



lunes, 24 de octubre de 2016

Reposición de Los Goonies

Interesante y emotiva experiencia la que viví el pasado jueves 20 de este mes en los Aragó Cinema de Valencia. No es que Los Goonies de Richard Donner sea una de las películas que más me marcaron en aquella década cinematográficamente mágica que fue para mí la de los ochenta, pero siempre le he guardado cierto cariño y, por supuesto, la tengo en DVD. Con esa excusa, y con la de salir un poco de casa y cambiar de aires, me animé a acudir a la reposición de esta película que se estrenó originalmente hace ya treinta y un años. La verdad es que poder ver en pantalla grande películas que ya podemos considerar “antiguas” para mí es un lujo que me gustaría poder repetir más a menudo.

La iniciativa de recuperar esta cinta de aventuras juveniles se realizó a través de la plataforma Youfeelm, que oferta un atractivo catálogo de películas de casi todas las épocas que el espectador inquieto puede sugerir a alguna sala cinematográfica. Si la propuesta sale adelante, y si se reúne un número mínimo de espectadores, se proyecta el film elegido, normalmente en un único pase. El muy asequible precio de tan sólo 4 euros me animó a apoyar la idea, que por lo visto no es nueva en los Aragó, que por lo que puede oír ya han ofrecido algunas películas “retro” usando la fórmula de Youfeelm.

Para mi sorpresa, la sala se llenó, y curiosamente la mayoría de gente era de una edad inferior a la mía –que es la de la quinta que vio de estreno el largometraje–. Incluso algunos padres habían llevado a sus pequeños a disfrutar de este film con la intención obvia de que les gustara tanto como a ellos debió gustarles en sus años mozos.

La única nota negativa a la sesión se la pongo a los incomodísimos asientos de la sala, bajos, estrechos y con un solo brazo compartido entre uno y otro. Además, la inclinación del suelo era casi nula, por lo que cualquier persona baja puede pasarlo muy mal si se le sienta delante alguien de cierta altura. Me apetecía mucho volver a los Aragón (cerrados en 2006) y reabiertos tan sólo hace un año), pero esta engorrosa experiencia la verdad es que me frustró un poco. Uno puede ser muy cinéfilo y disfrutar viendo películas, pero dos horas en una posición forzada y dolorosa es como para sopesar futuras visitas. De todas maneras, espero que sí, pues tanto la programación normal del establecimiento –títulos algo más alejados del circuito comercial normal– como estas “reposiciones nostálgicas” resultan irresistibles.

Enlaces de interés:

miércoles, 12 de octubre de 2016

Nuevo póster de Rogue One

Acaba de hacerse público el nuevo –y supongo que definitivo– póster de Rogue One, la próxima y esperada película de la saga Star Wars que llegará a los cines españoles el 16 de diciembre. Mañana se podrá también ver el tercer tráiler del film, y desde este verano hemos podido disfrutar de muchas noticias e imágenes del último trabajo del director Gareth Edwards. El póster me parece muy atractivo, y lo visto hasta ahora del largometraje, prometedor, pero la verdad no la podremos saber hasta dentro de dos meses: un suspiro. Parece mentira que ya haya pasado casi un año del estreno de El despertar de la fuerza. Que mayores nos hacemos, y cuántas películas de la franquicia nos quedan aún por ver… :P

martes, 20 de septiembre de 2016

David Marks en Valencia

A los 13 años David Marks ya era guitarrista profesional y había participado en decenas de conciertos con una de las bandas estadounidenses más famosas de los primeros 60: los Beach Boys. Su amigo y vecino, Brian Wilson, requirió de sus servicios para que sustituyera a Al Jardine, y David permaneció con el grupo durante casi dos años, colaborando en sus cuatro primeros LPs. Desavenencias con el famoso Murry, el padre de los Wilson, le llevaron a dejar la mítica formación y a montarse la suya propia, David Marks & the Marksmen, emprendiendo una carrera en solitario que se ha extendido con mayor o menor fortuna hasta el día de hoy: nada menos que cincuenta y cinco años, que se dice enseguida.

El pasado viernes 16 tuve el placer de ver en directo a esta leyenda de la música acompañado del grupo barcelonés The A-Phonics en el local de Valencia capital 16 Toneladas, toda una referencia a la hora de disfrutar de directos de calidad de todos los estilos en la zona que aprovecho para recomendar desde aquí. Además, el señor Marks fue tan amable como para dedicarme el primer disco de los Beach Boys, un lujazo del que me siento muy afortunado y orgulloso.

Web de 16 Toneladas: http://www.16toneladas.com/

martes, 13 de septiembre de 2016

Gernika

Es mi interés por la Guerra Civil Española, por supuesto, el que me lleva a ver nada más estrenarse Gernika, segundo largometraje del bilbaíno Koldo Serra tras la interesante Bosque de sombras hace diez años. Me encuentro, por desgracia, con un film sin empaque, con una historia débilmente construida que no acaba de cuajar y unos personajes poco desarrollados a los que ni siquiera el atractivo elenco protagonista –James D´Arcy, María Valverde, Jack Davenport, Burn Gorman…– logra dar relieve. D´Arcy es un periodista estadounidense en horas bajas, Valverde una censora republicana que supervisa el trabajo de la prensa extranjera. Entre ellos surge una historia de amor tan insulsa y frágilmente desarrollada como el resto de la historia y que culmina, precisamente, en la famosa ciudad que da título a la película durante el infame bombardeo que la haría internacional.

Si tengo que resaltar algo de la cinta, es que se critiquen por igual el nazismo de Hitler y el comunismo de Stalin –para mí, posturas similares– en un intento fallido del director de no alinearse políticamente con ningún bando, así como que la película acabe destacando los bombardeos aliados a Hiroshima y Nagasaki como el culmen de los ataques aéreos a civiles durante la II Guerra Mundial. Ya va siendo hora de que semejante salvajada se enfatice tanto como las realizadas por el Eje durante el conflicto.

A pesar de que Gernika no me ha parecido nada sobresaliente, no me arrepiento de haber ido a verla y creo que siguen haciendo falta más películas serias y valientes sobre la Guerra Civil Española, que no intenten esconder lo que esta fue con la recurrida fórmula de la comedia ni que intenten esquivar cualquier tipo de denuncia social y política al reproducir ese período, porque eso es algo imposible por muy neutral y objetivo que se quiera ser al retratarlo para el cine.

Pese a su más modesto presupuesto y su más humilde reparto, he de destacar como superior al trabajo de Serra la mini-serie de Luis Marías de 2012 Gernika bajo las bombas, que reseñé en esta entrada de hace dos años.

martes, 6 de septiembre de 2016

Los siete magníficos

El inminente estreno del remake de Los siete magníficos –sobre cuya calidad tengo serias dudas después de ver el tráiler– parece la excusa perfecta para sacar a colación este gran clásico del western –dirigido por John Sturges en 1960– en el que un puñado de pistoleros y aventureros de buen corazón acepta defender a los habitantes de un pequeño pueblo mexicano de las incursiones de los bandidos de turno. Es, como sabe todo buen aficionado al cine, la versión estadounidense de Los siete samuráis de Akira Kurosawa, película que ha dado lugar a una infinidad de variaciones como la extravagancia ci-fi Los 7 magníficos del espacio (1980), el olvidable péplum fantástico Los siete gladiadores, una serie de TV o la entretenida película de animación Bichos (1998). El propio film que reseñamos tuvo tres secuelas más o menos oficiales, aunque de su “magnífico” reparto principal –Yul Brynner, Steve McQueen, James Coburn y Eli Wallach, entre otros– sólo el primer actor citado repitió en una de las ocasiones... Eso sin olvidar que Brynner usó el look del vaquero vestido de negro para el emblemático androide de Almas de metal y su continuación, sin lugar a dudas una suerte de simpático guiño a uno de sus más famosos personajes. Inolvidable también la banda sonora de Elmer Bernstein.

domingo, 4 de septiembre de 2016

¡Prueba conseguida!

Un  propósito que tenía desde hacía muchísimo tiempo era ver la serie The Twilight Zone (Dimensión desconocida) al completo, más aún desde que tuve noticia de la excelente edición comercializada en estos últimos años por L´Atelier 13, empresa especializada en cine y tv fantásticos que por desgracia cerró sus puertas en otoño de 2015.

Precisamente este pasado miércoles lograba mi deseo y alcanzaba el último capítulo de la famosa serie creada por Rod Serling emitida originalmente entre 1959 y 1964. Han sido 5 temporadas, 156 episodios, 72 horas y media de duración total (sin contar extras) y más de año y medio para reunir la colección. Me planteo ahora si seguir en un futuro con Galería nocturna, también fruto de la inquieta mente de Serling, o con Rumbo a lo desconocido, serie coetánea de Twilight Zone y con parecidos y coincidencias nada casuales con esta…


lunes, 29 de agosto de 2016

Anónimos populares: Rebecca Ferguson

La mismísima Ingrid Bergman parece haberse reencarnado en la persona de Rebecca Ferguson, y no sólo porque ambas actrices compartan profesión, lugar de nacimiento –Estocolmo– y un parecido más que razonable, sino porque la última, consciente de esa honrosa similitud, ha conseguido clavar los gestos y miradas de su antecesora en sus actuaciones hasta el punto de que uno cree estar viendo de nuevo en la pantalla a la mítica intérprete de Casablanca.

De nacionalidad sueco-británica, Rebecca Louisa Ferguson vino al mundo un 19 de octubre de 1983 y se inició bien joven en la interpretación (también es bailarina), empezando a despuntar en la televisión sueca con tan sólo 16 años y debutando en la pantalla grande en 2004 con El fantasma del lago. El paso a las pantallas internacionales y, como no, a Hollywood, estaba a la vuelta de la esquina: el mismísimo Tom Cruise –también admirador de Ingrid Bergman– ya había reparado en Rebecca y no paró hasta reclutarla para Misión: imposible – Nación secreta, donde el personaje de la actriz se llama, de manera nada casual, Ilsa, en honor al papel de Ingrid en su más célebre película.

A sus 32 años, Rebecca tiene una carrera más que prometedora por delante –personalmente tengo ganas de ver este otoño La chica del tren, en la que coincide con mi admirada Emily Blunt–. Belleza y talento no le faltan, y sin lugar a dudas está bendecida de una manera u otra por una de las estrellas más brillantes de la Historia del Cine, cuyo aniversario –muerte y nacimiento– se cumple precisamente hoy. No es nada casual que haya subido este post un 29 de agosto y ha sido mi manera de querer homenajear a Ingrid Bergman de una forma más original…

Rebecca en Cuando cae la nieve. ¿Ha vuelto Ingrid?

domingo, 28 de agosto de 2016

Cash on Demand

La Hammer Films es recordada sobre todo por sus incursiones en el género del terror, pero ni qué decir tiene que tocó otros muchos registros. Sin ir más lejos, durante los primeros 60 la mítica empresa británica produjo bastantes thrillers interesantes de entre los que, personalmente, recomiendo y destaco El sabor del miedo, de 1961. Este mismo mes he tenido ocasión de volver a ver otro título dentro de esta línea que me ha dejado con un sabor de boca casi tan bueno como el trabajo que acabo de citar: Cash on Demand, que en su momento no llegó a los cines de nuestro país. Dirigida por Quentin Lawrence también en el 61, sorprende y contrasta la sencillez con que está rodada la película, con un elenco mínimo y básicamente un solo decorado,  con lo fascinante de su resultado. La razón es bien sencilla: se sostiene sobre dos pilares inmensos que son sus actores principales: Peter Cushing y Andre Morell, a cuyo servicio está la historia y la película; un duelo entre dos monstruos de la interpretación que hechizan al espectador desde el primer momento en que comienzan a compartir escenas. Cushing es un banquero antipático y escrupuloso; Morell un refinado ladrón que ha urdido un impecable plan para llevarse todo el dinero del banco que dirige el primero. Con sutileza, con calma, pretendiendo ser un inspector del seguro y con varios astutos ardides, el criminal acorralará al banquero hasta la desesperación y hasta obligarle a colaborar con él… No cuento mucho más. Este es un maravilloso ejemplo de cómo se puede hacer un gran film con muy poco presupuesto, lo contrario a lo que ocurre hoy con el cine de Hollywood, en el que se desperdician millones para rodar una nimiedad…

martes, 23 de agosto de 2016

Regreso a Serra

Desde que estuviese por primera vez en él hace casi dos años (lo cuento aquí) que me había propuesto volver al Cine de Verano de Serra, por lo entrañable de la experiencia y por lo pintoresco y bonito del lugar. Serra es una pequeña población valenciana de algo más de 3000 habitantes en plena Sierra Calderona, y a unos treinta y tantos kilómetros de la capital del Turia y de mi propia ciudad, que en época estival abre uno de las pocas terrazas de verano que quedan en la Comunidad Valenciana. De hecho, parece ser que es el local más antiguo de estas características que continúa abierto en toda España.

Visitar el Cine de Verano me retrotrae inevitablemente a viejos tiempos, cuando en mi pueblo, y en casi todos los demás, existían este tipo de lugares como alternativa veraniega a los viejos cines, entonces no preparados para las temperaturas de ciertos momentos del año. El cierre de muchos de los cines clásicos y la incorporación de climatización en los nuevos fue acabando con estos locales al aire libre, y en hoy en día son muy pocos los que se pueden encontrar al menos por estos lares, aparte de alguna iniciativa insólita y ocasional por parte de ayuntamientos y asociaciones.


En el Cine de Verano de Serra se dan la mano elementos antiguos –el propio recinto, aunque actualizado, no puede evitar delatar su veteranía – con otros modernos, como el puntero equipo de proyección y sonido que su dirección pone a disposición del espectador o la programación, de rabiosa actualidad. No sólo vecinos de la localidad (que aumenta su censo en el período veraniego) sino de muchos pueblos y ciudades de alrededor acuden a la terraza a disfrutar de uno de los éxitos cinematográficos del momento e incluso a cenar allí antes o durante la proyección y, en las dos ocasiones en las que he estado, ha habido una cantidad apreciable de público. Un considerado y repleto servicio de bar ofrece también todo tipo de refrigerios, chucherías, cafés y aperitivos para consumir mientras se disfruta la película.

La única pega que se le puede poner al establecimiento es su proximidad a viviendas locales (una de sus paredes), con las consabidas luces y ruidos que de estas suelen provenir de vez en cuando (durante nuestra última estancia, los ladridos de un can irrumpieron en un par de ocasiones). Por otro lado, también me hago cargo de la molestia que nosotros debemos ser para los habitantes del barrio. Aún con todo, aunque está claro que –al menos para espectadores quisquillosos como lo soy yo– no se puede disfrutar una película al 100% por estas y otras particularidades de este tipo de espectáculo –como la luz que pueda provenir del exterior– he de recomendar  la experiencia, nostálgica para algunos, novedosa para otros, de visitar el cine de Serra al menos una vez por temporada. En mi caso particular, la distancia me impide acudir más veces a él, pero espero tener ocasión de volver hacerlo el año que viene.

Por cierto, la película que nos animó a ir a Serra fue Star Trek: Más allá. Pasamos un buen rato con Kirk, Spock y compañía viendo cielos estrellados tanto dentro como fuera de la pantalla. ¡Incluso pasaron un par de cometas sobre nuestras cabezas! ¿Qué mejor ambientación?

Web del Cine de Verano de Serra:

domingo, 21 de agosto de 2016

Verano de 2016: Aniversarios

Son varios los aniversarios “redondos”, tanto personales como más generales o universales, que se conmemoran a lo largo de este verano de 2016, y voy a aprovechar una tarde de tedio para recordar algunos brevemente y rellenar un poco las páginas virtuales de este actualmente desnutrido blog, siempre esperando que tal relación pueda ser del interés de alguien, pero sobre todo con la idea de expresarme y entretenerme yo en primer lugar. ¡Vamos allá!...

12 de junio de 1981, hace 35 años: Se estrena en EE.UU. En busca del Arca Perdida y el mundo descubre al arqueólogo y aventurero Indiana Jones, hoy en día indiscutiblemente un icono de la cultura popular. A España llegaba un 5 de octubre y a mí me iba a costar un poco más verla, ya que, cuando llegó a mi pueblo en el verano del 82, yo estaba fuera de vacaciones, y no fue hasta algunos meses después cuando conseguir repescarla en una reposición en el antiguo Cine Avenida. La saga de Spielberg se convertiría en esencial en mi vida cinéfaga y, aunque me gustan todas sus secuelas, creo que ninguna ha conseguido estar a la altura del capítulo original, sobre todo por el progresivo y criticable uso de gags cómicos por parte de los creadores de la serie, que llegó a su paroxismo con la tercera entrega.

12 de junio de 1981, hace 35 años: El mismo día que el héroe de Lucas y Spielberg llega a los cines estadounidenses lo hacía también el que sería el último trabajo de Ray Harryhausen: Furia de titanes. En España se estrena el 2 de julio del mismo año, y un servidor se deleita con ella poco después en su añorado Cine Oma. No fue la primera película de Ray que vi: para entonces ya hacía más de dos años que me había prendado del trabajo de este mago de la animación al ver en televisión El valle de Gwangi. Por la misma época vería también en pantalla grande Simbad y el ojo del tigre y Jasón y los Argonautas, estrenada en nuestro país después de Furia de titanes con casi veinte años de retraso. Harryhausen ya era, y seguirá siendo siempre, otro de mis grandes mitos del Cine.




Junio de 1986, hace 30 años: Aquel verano terminaba el bachiller y realizaba junto a mis compañeros y profesores del instituto, mi primer viaje largo. Fue a Palma de Mallorca, y guardo todavía muchos queridos recuerdos de la estancia en la isla y en el centro educativo. Por cierto que, precisamente durante junio de este año, se celebraban en mi localidad varios actos para conmemorar la creación de este último (aunque el aniversario fue exactamente en 2015). El Instituto Camp de Morvedre se fundó en el año 1965, aunque fue derribado por mal estado a finales de los 90 y en la actualidad ocupa su lugar un nuevo edificio. De estos actos que comento sólo acudí a una sencilla exposición sobre el centro en el que, además de fotografías –casi todas posteriores a mi estancia en él– se exhibía material del local, entre este, un proyector de cine, viejos casetes, discos y diskettes y hasta…. ¡una tablilla de las que usábamos para los exámenes en el salón de actos!


Julio de 1986, hace 30 años: Poco después de mi regreso de Palma de Mallorca llegaba a mi vida algo que la cambiaría para siempre y para bien: sólo era una sencilla cinta magnetofónica, pero en ella descubrí un estilo musical del que me enamoraría y que iniciaría mi trayecto algo tardío como melómano y músico. Aquel casete se llama Rock & Roll: The Early Days, y los sonidos que me ofrecía –ya entonces antiguos– consiguieron fascinarme como no había podido hacer la música de “mis tiempos”. Tras esta cinta llegó toda una vorágine de casetes y LPs, el descubrimiento de artistas que serían esenciales para mí y, en un par de años, la adquisición de mi primera guitarra y el nacimiento de un nuevo músico, humilde y limitado, pero también muy dedicado y apasionado. Tres décadas después, aunque mi discoteca se haya ampliado con otros sonidos –como creo que es natural– aún sigo hechizado por la música de Elvis Presley, Eddie Cochran, Chuck Berry, Carl Perkins y tantos otros de sus colegas contemporáneos…

Marzo de 1991, hace 25 años: Como no podía ser de otra forma, mi afición a la música evoluciona hasta el punto de querer montar mi propio grupo. Ese primer intento se produce entre marzo y mayo de 1991, pero no consigue consolidarse y pronto nos vemos obligados a posponer el proyecto hasta dos años después, fecha desde la que he estado tocando en formaciones musicales de manera intermitente, siempre que la coyuntura lo ha permitido. Precisamente en junio de 1991 adquiero mi primera guitarra eléctrica, una Washburn J-6 de caja que aún sigue conmigo y que me ha acompañado en casi todas mis actuaciones desde entonces.





14 de agosto de 1991, hace 25 años: Preestreno estadounidense de Los Commitments, otra de las películas básicas en mi vida. El estreno mundial comienza en Francia el 28 de ese mismo mes, y a España llega un 13 de septiembre. Me avergüenza confesar que –por circunstancias que no puedo dilucidar– no vi esta película hasta su estreno en TVE 2 a mediados de 1996. Desde entonces la he visto cerca de una quincena de veces y hasta conseguí por fin verla en pantalla grande hace pocos años. Irlanda, la música soul y, por supuesto, mi propia experiencia con grupos amateurs –que guarda curiosas coincidencias con la de los protagonistas de la cinta– son algunas de las razones por las que adoro esta obra de Alan Parker.





13 de septiembre de 1996, hace 20 años: Concluyo esta colección de conmemoraciones con una nota personal y triste, pues en breve se cumplirá el vigésimo aniversario de la muerte del que fuera mi mejor amigo, casi un hermano. No fue en realidad una persona: era un perro pequeño y sin raza llamado Jacky al que yo adoraba y que me acompañó en mis correrías infantiles y juveniles durante casi diecisiete años. Aún hoy, después de tanto tiempo, sigo echándole mucho de menos. Su muerte dejó una herida incurable en mi corazón y con él se fue buena parte de la alegría y de la felicidad que me quedaban…

domingo, 14 de agosto de 2016

El misterio de Salem´s Lot (Phantasma II)

El póster de la versión para cine española: ni "Phantasma", ni "II"
A finales de los años 70, Stephen King ya estaba labrándose un sólido nombre como escritor de terror, y su novela Carrie acababa de ser llevada al cine por Brian de Palma. Warner Brothers y el productor Richard Kobritz se interesan entonces por adaptar a la gran pantalla su segundo libro publicado, Salem´s Lot (en España, La hora del vampiro) una historia inspirada en Drácula. El estreno de varios films de la misma temática en aquella época como el remake de Nosferatu de Werner Herzog y la nueva adaptación del clásico de Bram Stoker por John Badham hacen que la major se replantee su producción y la enfoque hacia la pequeña pantalla, como una miniserie de tres horas repartidas en dos capítulos. Tras barajarse nombres como George A. Romero y Peter Weir, se acaba escogiendo a Tobe Hooper –que recientemente había triunfado con La matanza de Texas– como director del proyecto. El largo reparto combina nombres entonces actuales y populares, como los de David Soul (de moda gracias a Starsky y Hutch) o Bonnie Bedelia con veteranos del cine como Lew Ayres, Marie Windsor y el gran James Mason, este último sin duda uno de los grandes atractivos de la serie.

Salem´s Lot se estrena finalmente en noviembre de 1979 con un aceptable nivel de audiencia y, posteriormente, tres nominaciones a los Grammy (títulos, maquillaje y música) que no ganará. A partir de aquí se inicia la curiosa andadura cinematográfica de la miniserie, pues desde el primer momento se ha concebido su estreno en salas de cine para el resto del mundo (algo muy de moda en la época: recordemos casos como Spider-Man, Hulk o Galactica), en una versión abreviada de menos de dos horas y con escenas alternativas y en general más explícitas. A nuestro país llega en 1982 con el curioso título de… Phantasma II, y eso a pesar de que no tiene nada que ver con la película de Don Coscarelli estrenada el mismo año que la serie original (en Argentina todavía fueron más originales, y la llamaron Las brujas de Salem: La película)… En septiembre de 1985 llega a TVE la versión íntegra de Salem´s Lot, ahora con el título de El misterio de Salem´s Lot, con el que también se conocerá la novela a partir de entonces. Fue en aquel momento cuando la visionó por primera vez un servidor, quien todavía recuerda verla con algún que otro agradecible escalofrío (según leo en internet, se emitió en tres episodios, aunque yo siempre la he recordado en dos, y en los 90, Antena 3 todavía la desmenuzaría más: en cuatro partes).


La intención de los creadores de Salem´s Lot era dar pie a una serie regular –de ahí sin duda ese final abierto–, pero la idea no fructificó. En 1987, Larry Cohen dirigió Regreso a Salem's Lot, una continuación indirecta de la obra de Hooper, y en 2004 hubo un remake de la serie para la pequeña pantalla, Salem´s Lot, con Rob Lowe, Donald Sutherland y Rutger Hauer como principales protagonistas (también en 1988 se estrenó en cines la verdadera secuela de Phantasm, ¡que aquí conocimos como Phantasm: El regreso!).

Siempre he guardado un gran recuerdo y una placenteramente terrorífica impresión de aquel primer visionado de la serie. Algún tiempo después leí la novela, y posteriormente volvía a verla en vídeo, pero creo que en su versión recortada. No ha sido hasta esta misma semana cuando me he podido hacer con el doble DVD de Impulso Records con la edición íntegra de 3 horas (¡de nuevo titulado Phantasma II, que lío!), y he de decir que lo he disfrutado mucho. Para mí, el trabajo de Tobe Hooper no ha perdido interés ni emoción, y me siguen impresionando y gustando la ambientación, sus alusiones a Drácula, Psicosis o The Haunting, las escenas en la Casa Marsten y, cómo no, la aparición del terrorífico e impagable vampiro…

Reggie Nalder
Sin duda entre lo más recordado de El misterio de Salem´s Lot estará para siempre el espeluznante vampiro Kurt Barlow, una sobrenatural criatura de piel azul y ojos amarillos que en realidad estaba estéticamente más inspirada en Nosferatu que en el verdadero personaje de la novela, mucho más humano y parecido al viejo Drácula del libro de Stoker (en este sentido, Rutger Hauer fue visualmente más fiel en el remake de la serie a la creación de Stephen King). Aquel terrorífico ser fue interpretado por el actor Reggie Nalder, no demasiado conocido para el gran público, pero para entonces ya todo un veterano con un gran currículo a sus espaldas (entre otros films, El hombre que sabía demasiado, Casanova de Fellini o El mensajero del miedo). De origen austriaco, la peculiar fisionomía de Nalder (parece ser que se quemó parte de la cara) lo hizo ideal para papeles terroríficos y de villano, y hay que decir que, sin maquillaje, casi daba más miedo que en su mítico papel en la serie reseñada.