"Un hombre que limita sus intereses limita su vida" (Vincent Price)

jueves, 18 de diciembre de 2014

Despedidas... y bienvenidas

Con la proximidad de las Navidades llega a los cines una nueva entrega de una saga fantástica cinematográfica que ya se había hecho habitual por estas fechas durante los últimos años: la de El Hobbit. Con este tercer capítulo, La batalla de los cinco ejércitos, el director neozelandés Peter Jackson concluye su adaptación a la pantalla de la novela de J.R.R. Tolkien.

Jackson consiguió con sus películas de El Señor de los Anillos lo que no había conseguido el propio Tolkien con su libro original: que me enamorara de la Tierra Media, de sus peculiares y variados habitantes y de sus pintorescos entornos. Como creo haber comentado ya en otras ocasiones en este mismo blog, nunca he sido especialmente fan de la fantasía heroica a nivel literario, y la alabadísima y respetadísima obra magna del escritor sudafricano no consiguió impresionarme especialmente ni convencerme para que la tenga entre mis títulos más apreciados. Muy al contrario, siempre he pensado que la extensísima novela se podía haber escrito perfectamente en la mitad de páginas porque me parece que entre éstas hay muchísimo y muy forzado “relleno”. Por el contrario, las tres películas que la adaptaban a la pantalla, y que se estrenaron entre 2001 y 2003, me parecieron mucho más ágiles y digeribles que el propio libro original, conste que soy un gran aficionado a la lectura y que raramente antepongo una adaptación fílmica a su fuente literaria.

Con todo esto, tuve claro, en cuanto se anunció el rodaje de El Hobbit, que iba a acudir puntualmente a ver esas películas y que muy posiblemente las iba a disfrutar en la sala cinematográfica, más aún cuando la novela original esta vez sí me parecía muy simpática y más acertada que su continuación. Ahora que la saga con sus tres capítulos ha concluido, he de decir que ha sido más o menos así, aunque en general creo que no ha conseguido impresionarme tanto como su predecesora en los cines, quizá porque, al fin y al cabo, es un poco “más de lo mismo”, quizá por su tono ligeramente más infantil, más posiblemente porque en esta ocasión me parece que ha sido Peter Jackson el que claramente ha “inflado” sus largometrajes para que su duración se ampliara más de lo previsto, pues como casi todo el mundo sabrá, El Hobbit iba a consistir inicialmente en dos películas, que finalmente se extendieron hasta una tercera. En mi opinión, esto hace que, tras un primer capítulo más destacable y compacto, la trilogía se resienta un tanto en sus dos siguientes partes debido a secuencias que se hacen más largas de lo deseable e incluso a alguna escena o elemento perfectamente prescindible. Aún con todo, me lo he pasado bien viendo la trilogía posiblemente por el cariño que cogí a todos esos mundillos tolkienianos y a sus personajes (e incluso a los que no lo son, como esa elfa interpretada por la guapísima Evangeline Lilly, por la que ando “perdido” desde hace mucho tiempo, y lamento disentir una vez más con los fans de los libros). El Hobbit será sin duda una saga que volveré a revisar con los años (de hecho, ya tengo sus dos primeras partes en blu-ray), incluso con el tremendo perjuicio de verla en pantalla pequeña, con su consiguiente pérdida de espectacularidad, un elemento que considero esencial en estas películas.

Pero, aunque nos deja una “trilogía navideña”, viene otra nueva: el próximo año, exactamente por estas fechas (parece que una semana más tarde en España) da comienzo una nueva y esperadísima trilogía también de ambientación fantástica, ya que el director J.J. Abrams continúa la mítica saga de Star Wars con el que será su séptimo capítulo, El despertar de la fuerza, aquel que sucede exactamente treinta años después de El retorno del Jedi, tanto en la ficción cronológica como en la real. La guerra de las galaxias ha sido una de las sagas esenciales en mi vida desde niño, y ni qué decir tiene que estoy deseando ver estas nuevas andanzas de mis viejos héroes: Luke Skywalker, Han Solo y la Princesa Leia. No me hago ilusiones de que las tres nuevas películas de la franquicia casen estéticamente con las clásicas; es algo que ya se ha podido ver en el breve y popularísimo tráiler que ha invadido internet, en el que prima la tecnología infográfica moderna (como es lógico) sobre las antiguas técnicas de stop-motion y otros efectos especiales más arcaicos, pero aún con todo la espero con ansiedad y es claramente mi película nº1 para el 2015.


2 comentarios:

  1. AYER FUI A VER EL HOBBIT Y TUV SENSACIONES ENCONTRADAS. ME ENCANTO VOLVER A LA TIERRA MEDIA Y SUS PERSONAJES PERO, LAMENTABLEMENTE, SUCEDIO LO QUE TEMIA: UN LIBRO MUY CHICO PARA TANTA PELICULA ( O COMO DECIA EL MISMISIMO BILBO POCA MANTECA EN DEMASIADO PAN) Y ESTO RESIENTE MUCHO AL FILM QUE SE TORNA EN UN SIMPLE FILM DE BATALLAS INTERMINABLES SIN DEMASIADO QUE CONTAR. TAMBIEN ME DI CUENTA QUE FALTABAN MUCHAS ESCENAS QUE APERECIAN EN EL TRAILER Y CREO QUE ESO LE RESTO INTERES AL FILM Y LE QUITO ALGO DE LA EMOCION QUE TENDRIA QUE HABER TENIDO.

    ResponderEliminar
  2. Creo que casi todo el mundo estamos de acuerdo en que Peter Jackson ha querido estirar demasiado la adaptación fílmica del libro y eso ha repercutido en perjuicio de esta nueva trilogía.

    ResponderEliminar